Monereo: “No veo realista crear algo donde no aparezcan las siglas de Podemos”

Coincido sustancialmente con el proyecto que encabeza Podemos. Podemos es muy parecido a lo que yo viví en IU-Convocatoria por Andalucía y la época mejor de Anguita. Es decir, me siento identificado con el Podemos que sale sin prejuicio a la conquista del Gobierno, que no quiere ser muletilla de ninguna otra fuerza y que lucha..

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cuartopoder

Es una de las personas que mejor conoce a los principales dirigentes de Podemos. Su amistad personal con Pablo Iglesias es conocida y el secretario general de Podemos lo ha señalado en varias ocasiones como uno de sus referentes. Licenciado en Derecho, diplomado en Ciencias Políticas, ensayista; es uno de los teóricos de la izquierda más reconocidos dentro y fuera de España. Es también autor de un blog en  cuartopoder.es. Manolo Monereo (Jaén, 1950) renunció tras las elecciones del 24M a seguir formando parte del Consejo Político Federal de IU. Sigue siendo militante de IU aunque no oculta, desde hace un año, su proximidad al proyecto de Podemos. Es crítico con la coordinación de Cayo Lara y cierta deriva del partido. En pleno debate sobre la unidad popular y la relación entre los dos partidos, Monereo atiende a este medio en San Lorenzo del Escorial, en el marco de un curso de verano organizado por Alberto Garzón.

¿Qué escenario político nos han dejado las pasadas elecciones municipales y autonómicas del 24 de Mayo?

— Estas elecciones han dado señales de cambio aunque son difíciles de interpretar. Pero que en dos capitales emblemáticas del país, una tan singular como Barcelona, donde emerge de un debate social ligado al soberanismo pero con una especie de identidad propia que rompe un cierto discurso dominante durante años y que pone al frente activistas sociales, es una señal tremenda del cambio que se está produciendo. Creo que eso anticipa un cierto cambio a nivel de toda Cataluña. En el caso de Madrid es diferente porque el proceso ha sido diferente. Que en las dos ciudades se den procesos unitarios, complejos y difíciles, son señales indudables del cambio. Ahora el problema es gobernar este cambio, con qué tipos de salidas. Será complejo y difícil. Yo soy bastante escéptico sobre procesos de unidad hechos al calor de unas elecciones, pero aún así no pierdo el optimismo.

Escribía en un artículo después del 24M que IU tiene una excelente organización pero que carece de (dirección) política. Mencionaba también la necesidad de una refundación y una apertura. ¿En qué situación se encuentra a día de hoy IU?

— Desgraciadamente, y a mi me afecta personalmente mucho esto, creo que IU ha perdido un año completo. Un año decisivo en el país a partir de las europeas. No supo interpretar qué estaba pasando en el país y no fue capaz de responder a las demandas que venían de cambio. Siempre he dicho y vuelvo a repetir que en parte el fenómeno Podemos es producto de la insuficiencia e incapacidad de IU más que de un elemento espontáneo de la realidad. Es cierto que Podemos es el producto de la inteligencia y del coraje de un grupo que se la jugó y lo hizo en condiciones muy difíciles. Pero también es cierto que ese mismo grupo podía perfectamente haber trabajado para cambiar la situación. IU no solamente no cambió sino que hizo algo peor, replegarse en sí misma, y se ha perdido un año tremendo donde parecía que el enemigo era Podemos y la clave eran las siglas y los símbolos. Prácticamente se buscaba al enemigo interno.

Alberto Garzón y yo hemos tenido que soportar durante un año la acusación recurrente de podemitas, de que estábamos en otro proyecto, de que trabajábamos para otros, etc. Ahora nos pillan estas elecciones en muchas dificultades. Primero porque cuando no estás en la coyuntura, ella misma te margina. Por otro lado porque obviamente cuando los aspectos políticos eran sobresalientes hemos tenido una derrota grande en las comunidades autónomas. Y tercero, y es el lado trágico de la situación, se demuestra la enorme capacidad organizativa de IU. Es cierto que los resultados municipales de IU están compensados porque Podemos no se presentó. Pero también es cierto que IU demostró como siempre una capacidad, unos cuadros, una inserción en el tejido social y local enorme. Creo que el peligro que corremos es que todo eso se desaproveche para una fuerza política marginal. Ahí es dónde nos la jugamos en estas elecciones y sobre todo en el futuro.

Cuando presentó su carta de dimisión al Consejo Político Federal ya mencionaba algunas de estas cuestiones. También reclamaba que Cayo Lara diera un paso atrás en la coordinación. ¿En qué situación está ahora mismo Lara? ¿Influye en la relación con Podemos?

El problema de Cayo es en parte también trágico. Es una buena persona, que quiere a su organización y que va a luchar a muerte por ella. Es una persona limpia, íntegra y a la que tengo un enorme respeto personal. Pero el problema de fondo era que estaba en el lugar inadecuado para el momento inadecuado. Es decir, de golpe y porrazo este compañero que había conseguido éxitos en la propia organización, se cuenta un relato mental que luego no se corresponde con la realidad. Creía que íbamos a crecer electoralmente porque las encuestas así lo decían y que, en segundo lugar, lo que íbamos era a favorecer un Gobierno con el PSOE. Andalucía ya estaba ahí y tenía un discurso mental ya construido. Un relato muy tradicional en IU, sobre todo desde que se fue Julio Anguita. Una alianza con el PSOE y tirar de él hacia la izquierda. De pronto se da cuenta que todo eso son viejas respuestas a preguntas que ya nadie hace. Lo que se estaba viviendo en España era una crisis de régimen. Y minusvaloró muchísimo esta crisis de régimen, las reivindicaciones del proceso constituyente y no valoró el vacío político que se estaba abriendo en el país porque no entendía el país que estaba surgiendo. El problema es que cuando se enfrenta a una realidad para la que no estaba preparado se ven sus limitaciones y una situación que deja a la propia organización en un lugar complicado. Yo me enfrento a Cayo fundamentalmente porque creo que en la fase electoral abierta tras la derrota en las autonómicas había un problema de credibilidad política.

No puedes estar acusando, más o menos, a Podemos de ser un invento de los medios y luego pedir la unidad con Podemos. Su crítica permanente a Podemos, la valorización de las siglas, la acusación más o menos velada de que detrás de ellos hay intereses turbios o conspiraciones, etc. La nueva etapa no la podía protagonizar él. Y la organización necesitaba una catarsis que le diera credibilidad. El problema que hay ahora es que si bien Cayo, que es una persona disciplinada, estará ahí, para el país hubiese sido una noticia importante el paso atrás de Cayo, nombrar a Alberto coordinador y una nueva dirección joven que interprete el país. No por una cuestión de edad sino de interpretación del país para darle una salida. Eso se ha evitado y debilita mucho la capacidad negociadora de Alberto. Porque está negociando sobre un pasado que lo tiene al lado y tiene que hacerlo en condiciones muy difíciles. Los acuerdos, si los hay, entre IU y Podemos, o entre Ahora en Común y Podemos, no serán buenos para IU. Y él va a tener que gobernar unos acuerdos complicados y difíciles. ¿Va a tener la mayoría o el equipo suficientes para hacerlo? Creo que ahí es dónde se la juega.

Entonces, ¿cuál es el futuro de IU?

— Tengo la impresión de que pase lo que pase, después de noviembre llegará diciembre. Es decir, pase lo que pase, IU está obligada no a refundarse sino a fundarse. IU está obligada a la construcción de un proceso constituyente de lo que sería, según mi hipótesis, una nueva fuerza política democrático-republicana-socialista. Lo que hay encima de la mesa es la necesidad de una nueva fuerza política que englobe muchas cosas diversas y construir un gran partido de masas que dé orientación, camino y organización a un nuevo proyecto de país.

Se ha vivido en bastantes ocasiones cierta tensión en la relación entre IU y Podemos de un lado y otro. En los últimos días ha sido el propio Pablo Iglesias, como en su discurso del pasado sábado, el que ha elevado el tono. ¿Qué opina de todos estos cruces de declaraciones?

— Estoy convencido de que como político no valgo mucho y que las ideas que tengo seguramente o son inaplicables o nadie las comparte. Lo que quiero decir es que una unidad electoral, digámoslo en serio, de aquí a noviembre, es muy difícil. No porque sean malos los de Podemos o lo sean los de IU. Ni por sectarismos. Todas esas cosas sabemos que existen, los sectarismos están ahí. Pero es que es muy difícil la unidad. Objetiva y subjetivamente. Tanto para Podemos como para IU. Podemos es un partido en construcción. Que es una cosa contradictoria porque al estar en construcción lo hace más poroso con la realidad. Pero también tienen menos mecanismos de decisión. Tienen mecanismos que son lideristas o decisionistas. Donde el equipo dirigente, ante una organización que tiene muchas tensiones y heterogeneidades, toma decisiones de una manera dura y firme. Frecuentemente llegan críticas de sectores del mismo Podemos por el liderismo. Responden al problema real de la organización y no de una mala voluntad de los dirigentes. Por otro lado es un proyecto que tiene una estrategia política muy definida y que lo hace singular. La hipótesis real de Podemos es la de alcanzar el Gobierno en noviembre. O al menos de superar al PSOE. Y para eso ha rechazado, con argumentos que se pueden compartir o no pero seriamente meditados, el alineamiento izquierda-derecha.

Hay problemas políticos y organizativos que hacen muy difícil que Podemos pueda pactar con cualquier otra fuerza. Por otro lado, IU viene de una derrota electoral. Eso le da mucha libertad porque lo que se está jugando es la supervivencia. Tiene esa libertad para ser más unitaria que nadie, para abrirse más que nadie. IU tiene todo el derecho y hasta el deber de seguir luchando por su propia existencia. Entonces hay una tensión entre ambos partidos difícil de combinar. Y sobre todo hay un problema de fondo. Cuando se habla de unidad popular relacionándolo inmediatamente con elecciones a dos meses no se está jugando en un territorio realista. Impulsar un proyecto como Ahora en Común e invitar a Podemos a que se sume no deja de ser una cuestión razonable desde el punto de vista de los promotores, pero Podemos tiene muchas dificultades para aceptarla. Se tiene prácticamente que disolver una organización que se está articulando y construyendo. Y que tiene aparentemente un apreciable número de votos.

— ¿No se puede entonces llegar a ningún punto intermedio de acuerdo para que haya una única candidatura?

— Se debe intentar hasta el último día. Creo que sí. Pero quizás la clave es una cierta estrategia negociadora con respecto a Podemos partiendo de lo que es el Podemos real y no el imaginario. Es decir, debe de saberse que los límites que tiene Pablo Iglesias y el equipo dirigente para negociar con otras fuerzas son muy estrechos. Mientras otras fuerzas no tienen nada que perder, Podemos tiene estructuras y acuerdos que respetar. Por lo tanto, lo que hace falta es una estrategia que permita, por un lado, a Podemos avanzar unitariamente y que permita a IU, Equo y otros encontrar un acomodo en un frente más o menos común. Eso al final puede ser Podemos-algo. Como parece que sucederá en Cataluña. ¿Puede ser un antecedente para el resto del Estado? Ese es el debate que se irá viendo en la realidad multinacional que tiene este país. Lo que no creo realista es algo donde no aparezcan las siglas de Podemos. Porque Iglesias tiene límites que no puede sobrepasar. Sin comprender al otro es difícil negociar. Podemos tiene que hacer esfuerzos para entender lo que es IU. Y también al revés.

— ¿Le parece un buen equipo para el cambio la lista que ha presentado Iglesias para las primarias de Podemos?

— A muchos de ellos no los conozco. Lo que hace Iglesias con esa lista es garantizarse un grupo parlamentario con una cierta identidad y liderazgo capaz de encabezar un proceso político que, pase lo que pase en las generales, será complejo y difícil. ¿Están todos los que deberían de estar? Yo creo que no. Me imagino que porque alguno le ha dicho que no. Y que dependerá mucho también de lo que pase en unos meses. Porque puede haber una nueva apertura de las listas. En las elecciones catalanas van a ir ya todos juntos y eso nos da pistas o señales. Es muy importante no usar torticeramente la unidad. Es decir, la unidad como instrumento de agresión o división. El proceso no está cerrado aunque lo veo difícil y complejo.

— Hemos conocido que a Garzón o Beatriz Talegón el propio Iglesias le ofreció ir en esa lista. Usted es una persona muy cercana a él, ¿le ofreció ir en esa lista?

— A mí Pablo no tiene que ofrecerme nada. Soy un amigo personal suyo. Más allá y más acá de la política. Si alguna vez él me pide cosas razonables yo lo haré sin ningún tipo de problema. Yo pretendo siempre conservar la amistad y la política. Es muy difícil. Yo he perdido a muchísimos amigos por la política. Coincido sustancialmente con el proyecto que encabeza Podemos. Y me podías preguntar que por qué no estoy dentro. Pues porque es el mismo proyecto que he defendido en IU desde hace años. Para mí, Podemos es muy parecido a lo que yo viví en IU-Convocatoria por Andalucía y la época mejor de Anguita. Es decir, me siento identificado con el Podemos que sale sin prejuicio a la conquista del Gobierno, que no quiere ser muletilla de ninguna otra fuerza y que lucha.

— Tsipras hacía referencia a la importancia de lo que pasa en las próximas generales en España para cambiar o no Europa ¿Qué lecciones se pueden sacar de lo que ha sucedido en Grecia?

— La primera es que la UE, que es un modo de construir Europa, es un problema. De la Europa-solución ha pasado a la Europa-pesadilla. Hoy, la Europa real es un sistema de dominación al servicio de los poderes económicos hegemonizado por el Estado-Nación alemán. Hay un Estado-Nación que tiene intereses nacionales, políticos y geoeconómicos que los impone al resto de Europa. Otra cuestión es que siempre que se negocia con la UE tienes que tener un plan B. Nunca puedes estar negociando, como ha hecho Tsipras, esperando la bondad de los negociadores. Se ha encontrado con algo que no pensó. Quizás porque es europeísta. Yo de ese europeísmo no soy desde hace muchos años. Tenía la idea de que después del referéndum iba a tener más apoyo en Europa. Y es todo lo contrario, porque se ha convertido en un ejemplo a evitar. El plan que le han hecho aceptar es peor que el que llevó a referéndum. Está hecho para humillar a Grecia y evitar políticos como Tsipras.

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El Banco Central Europeo ha puesto una pistola en la sien de cada ciudadano griego. Pero si la gente se organiza y se moviliza, puede vencer y ganar batallas en esta guerra sangrienta que está ocurriendo en Europa

 

El Banco Central Europeo ha puesto una pistola en la sien de cada ciudadano griego. pero si la gente se organiza y se moviliza, puede vencer y ganar en esta guerra sangrinta que está ocurriendo en Europa

Las clases populares pueden vencer a sus agresores por muy fuertes que estos sean. Ocurrió en Grecia y ocurrirá en el resto de Europa. De ahí que se haya iniciado un movimiento de rechazo frente a este establishment europeo con el apoyo del FMI, exigiendo un cambio hacia otra Europa que sea democrática y justa. Existen ya hoy en Europa grandes movilizaciones que aparecen raramente en los medios, demandando otra Europa cercana a las clases populares en lugar de a las élites gobernantes que representan los intereses sobre todo del capital financiero que hoy domina Europa.

Vicenç Navarro

Público.es

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Durante estos años hemos visto el acto de mayor agresión que haya sufrido un país europeo desde la II Guerra Mundial. Una guerra ha estado ocurriendo, con miles de muertos, con muchos daños y sufrimientos y una gran destrucción de propiedad pública y privada (alcanzando un valor equivalente a un cuarto de su riqueza total), dejando al país –Grecia- en una enorme ruina y miseria. Y esta última semana vimos lo que fue diseñado por los agresores como la semana final, donde se vería la derrota definitiva de aquellos que se levantaron para resistir tanta agresión. Esta hostilidad bélica ha sido en contra de las clases populares de Grecia, realizada por las clases pudientes de aquel país y por las élites gobernantes de la Unión Europea y su mayor instrumento de presión, el Banco Central Europeo (BCE), con la ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI), instrumentos tan destructores de vidas y propiedades como las bombas de destrucción masiva de carácter militar. Durante la batalla final, que iba a culminar con su victoria, el Banco Central Europeo asfixió a tales clases populares, no permitiéndoles el acceso a su propia propiedad y a fondos con los que sobrevivir en el periodo clave de la batalla, que tomaba lugar esa semana.

Nunca antes se había visto una situación semejante en Europa. El famoso corralito al que el BCE forzó en el Estado griego y que limitaba el acceso de las clases populares a los medios elementales de subsistencia, era una medida de enorme presión para poder derrotar y ganar la guerra en el momento en el que el pueblo griego tenía que decidir, imponiéndole el voto a favor de los intereses financieros representados por la Troika (el BCE, el FMI y la Comisión Europea), por el Eurogrupo y por los gobiernos de la Eurozona, liderados por el alemán, con la alianza servil de la derecha española representada por el gobierno del Partido Popular.

La farsa de la supuesta ayuda a Grecia

La justificación de tal batalla era que los gobiernos de la Eurozona querían recuperar el dinero que según ellos prestaron a Grecia, utilizando el argumento de que los pensionistas de los países europeos habían prestado dinero al gobierno griego para que pudiera pagar las pensiones (que se presentaban como exuberantes) a las clases populares griegas. Dicho argumento era parte de la guerra que ha estado ocurriendo, intentando movilizar a las clases populares de los países de la Eurozona a favor de la agresión al pueblo griego. Nunca antes la manipulación mediática había alcanzado tales niveles. Esta movilización tenía como objetivo ocultar la realidad. El dinero, de hecho, no era para que el Estado griego pagara las pensiones, sino para que el Estado griego pagara a los bancos privados (alemanes, franceses, españoles, entre otros) a través de sus Estados. Eran estos Estados los que habían salvado a los bancos privados (que habían comprado bonos públicos del Estado griego, a unos intereses abusivos y exagerados -consecuencia de que el BCE sea, en realidad, un lobby de aquellos bancos) comprándoles todos los bonos públicos griegos, pasando a ser estos Estados los propietarios de tal deuda pública.

Presentar la transferencia de fondos de la Troika y de los Estados europeos como una ayuda al pueblo griego es una de las mentiras más demagógicas que han sido proferidas por parte del establishment financiero europeo, y que se han promovido a través de los medios de comunicación afines a tales intereses (que son la mayoría). Esta supuesta ayuda a Grecia ha ido a parar a los bancos privados, puesto que si los bancos hubieran tenido que absorber el no pago de la deuda, el Estado griego no tendría que verse ahora forzado a pagarles. El mercado financiero nunca es, en realidad, un mercado en el que los riesgos se distribuyan equitativamente. Los poderosos, como los bancos, nunca pierden. Siempre hay los Estados que los rescatan a base de sus fondos públicos. Estos rescates, por cierto, carecen de mandato popular, pues nunca tales medidas de rescate han estado en las ofertas electorales de los partidos gobernantes. Cuando el Presidente del Parlamento Europeo, el socialista Martin Schulz (en la noche del domingo cuando se supo del rechazo masivo del pueblo griego a las propuestas hechas por la Troika y el establishment europeo), respondió a tal rechazo insistiendo que el pueblo griego tiene que aceptar que detrás de las exigencias de la Troika está la voluntad expresada por los pueblos europeos a través de sus gobiernos, estaba faltando a la verdad. Los pueblos europeos nunca han votado sobre la necesidad de tales políticas de austeridad, ni en Grecia ni en sus propios países. En realidad, todas las encuestas muestran la enorme impopularidad de tales medidas a lo largo del territorio de la Eurozona, siendo ellas la causa del gran deterioro de la popularidad del sistema de gobernanza de la Eurozona, hoy una de las más bajas en su historia.

Las armas de destrucción masiva: el BCE y el FMI

Ha sido el Banco Central Europeo el que ahora ha puesto una pistola en la sien de cada ciudadano griego, en el momento de votar, diciéndole que si votaba NO, es decir, a favor de interrumpir las políticas de austeridad, él o ella no podrían ya conseguir más dinero y perderían el ya existente. Y todo ello en un ambiente que se ha caracterizado por la total ausencia de libertad de expresión y democracia, en que los mayores medios de información en Grecia los controlaban aquellos intereses económicos y financieros. En Grecia, como en España, la gran mayoría –por no decir todos- de los medios de información y persuasión los controlan los intereses financieros y económicos y las clases pudientes del país, y cuyos intereses defienden y representan, en su mayor parte, los mayores partidos de la oposición en el parlamento griego. Como bien señalaba el New York Times (International New York Times, Saturday-Sunday 04-05.07.15, p. 3), los principales medios de información griegos carecen de la más mínima diversidad ideológica. Los mismos medios que habían ocultado el enorme sufrimiento de las clases populares griegas durante todos los años de austeridad, ahora presentaban las políticas del gobierno Syriza (que intentaba paliar y prevenir la continuidad de tales daños) como las responsables del deterioro padecido, apoyando el SI en el referéndum que tendría como objetivo el continuar aquellas políticas que han causado tanto daño y tanto sufrimiento. La cobertura de lo que ha estado ocurriendo en Grecia por dichos medios ha sido muy sesgada (como lo ha sido también en España), ofreciendo todo el espacio mediático a los que apoyaban el SI, negándoselo a los que promovían el NO. Según el New York Times, todas las televisiones han dado mucho más espacio a los primeros que a los segundos. Solo un canal, ERT, que había sido cerrado durante el gobierno anterior, dio el mismo espacio a los dos bandos.

Los mayores medios griegos expresaron una enorme hostilidad hacia el gobierno Syriza, porque este quiere diversificar y extender la muy limitada libertad de expresión hoy existente en el país. En Grecia, como en España y como en América Latina, la muy acentuada falta de diversidad de los medios es el mayor problema que tiene el sistema mal llamado democrático. Así, el ex Primer Ministro griego Antonis Samarás, responsable de las medidas impuestas por la Troika en Grecia, ha tenido mucho más acceso a tales medios en su defensa del SI que el Sr. Tsipras en defensa del NO. Y en todos estos medios griegos, el mensaje que le llegaba al ciudadano era que lo que la ciudadanía estaba experimentando en Grecia esta semana, incluyendo el corralito, era resultado de la incompetencia y rigidez del gobierno Syriza.

La complicidad de los medios de información españoles (incluyendo los catalanes) en el ataque a Syriza

Esta cobertura tan sesgada caracterizó también a los grandes medios españoles, ya que todos ellos culpabilizaron a Syriza del desastre que estaba viviendo Grecia. El País publicó dos días antes del referéndum un artículo de increíble mezquindad, mintiendo a sabiendas sobre Syriza, escribiendo que este partido se había aliado nada menos que con “el partido nazi griego”, Amanecer Dorado (?!), para imponer el referéndum al pueblo griego. Incluso por los estándares de manipulación que han venido caracterizando a las noticias y reportajes sobre Grecia en este rotativo, este escrito alcanzaba un nivel difícil de superar. El autor de este artículo –Bernard-Henri Levy- es el darling del establishment francés y español, dócil y servil siempre con las estructuras de poder, que ya en su día lideró la movilización mediática a favor de la invasión de Libia, con el objetivo de cambiar el gobierno en aquel país, creando un enorme vacío responsable ahora de que Libia sea uno de los mayores centros de yihadismo, causando la enorme crisis del Mediterráneo. Voces como la de tal personaje no solo son marionetas del poder, sino incompetentes, responsables de enormes desastres. Pero la continua producción de falsedades no es obstáculo para que continúen gozando de grandes cajas de resonancia para promover su ideario auténticamente reaccionario.

La victoria frente al terrorismo y frente al miedo

Es un hecho de proporciones históricas que la población diera un rotundo apoyo al gobierno Syriza, diciendo BASTA YA a la agresividad de los centros de poder europeos. Y como era de esperar, la mayor parte del apoyo provino de las clases populares, siendo las clases más adineradas las que apoyaron el SI, en su intento de deshacerse de Syriza. Pero no lo consiguieron. En realidad, Syriza salió reforzada en esta alternativa. Y ello muestra que, a pesar del enorme poder del establishment europeo, con medidas enormemente hostiles y agresivas, la mayoría de la población tuvo la valentía y coraje de decir NO. Es un ejemplo para el resto de los pueblos que viven en los países de la Eurozona.

Grecia no saldrá del euro, como ya les indiqué en pasados artículos. El argumento de que las clases populares tienen que hacer grandes sacrificios para, en teoría, salvar el euro, es el argumento más utilizado en los mayores medios de información. Y ello a pesar de que, como he indicado en muchas ocasiones, el euro nunca ha estado en peligro. Y la causa de ello es que su existencia beneficia enormemente al capital financiero hegemonizado por el alemán. El Presidente del Banco Central Alemán, el Bundesbank, acaba de declarar que la salida de Grecia del euro dañaría enormemente los intereses de aquel capital. Lo que tal estructura de poder deseaba, como indiqué ya hace tiempo, no era echar a Grecia del euro, sino echar a Syriza del gobierno. Y no lo ha conseguido. Se abren ahora toda una serie de posibilidades. Y aunque es altamente improbable, lo deseable sería que se realizaran referéndums similares al ocurrido en Grecia, en los que la población de cada uno de los países de la Eurozona pudiera expresar su grado de aceptación o rechazo de las políticas de austeridad que aquellos gobiernos continúan aplicando a pesar del enorme desastre que han estado causando en cada uno de los países donde se han estado implementando.

Un dato de enorme importancia que no ha aparecido en los medios de información es que en ninguno de los países donde su gobierno quería imponer el SI a Grecia se había consultado a la población sobre si aceptaba o no los rescates bancarios, origen de que gran parte de la deuda pública griega la tengan los Estados, en lugar de la banca privada. Lo que sí sabemos es que en cada uno de estos países, los rescates a la banca privada han sido sumamente impopulares. Como indiqué antes, así lo muestran las encuestas. De ahí que presentar las presiones impuestas al gobierno griego para continuar las políticas de austeridad como una respuesta a una petición popular para recuperar los fondos debidos a los pueblos europeos, fondos que han sido mermados por la supuesta ayuda a Grecia, carezca de credibilidad. Es un argumento mezquino para movilizar a la población a que apoye a los gobiernos liderados por el gobierno alemán en su lucha contra el pueblo griego.

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Olga Rodríguez: «En Grecia hemos contemplado un golpe de Estado económico y aquí en España sufrimos un golpe de Estado laboral»

El Eurogrupo actúa como un maltratador: quiere a Grecia en su órbita, pero sin capacidad de maniobra, controlada, subyugada, golpeada. En vez de gravar a las rentas más altas, la Troika insiste en imponer el aumento del IVA en alimentos básicos, en bajar las pensiones, en recortar salarios.

 Olga Rodríguez

Eldiario.es

Syriza Party leader Alexis Tsipras greets supporters at a party rally in Athens. The leftist party came second in the elections last month and could win a revote on Sunday.

Syriza Party leader Alexis Tsipras greets supporters at a party rally in Athens. The leftist party came second in the elections last month and could win a revote on Sunday.

Ya no se necesitan tanques ni despliegues militares para llevar a cabo imposiciones en contra de los intereses de la ciudadanía. Ejemplo de ello es el golpe de Estado económico que el poder financiero ha declarado a Grecia: ante el anuncio de un referéndum democrático, la respuesta son amenazas y la insistencia en más asfixia económica.

En vez de gravar a las rentas más altas, la Troika insiste en imponer el aumento del IVA en alimentos básicos, en bajar las pensiones, en recortar salarios. El Eurogrupo actúa como un maltratador: quiere a Grecia en su órbita, pero sin capacidad de maniobra, controlada, subyugada, golpeada.

De ahí, las contradicciones. Se exige a Grecia que actúe contra sí misma, se impone al Gobierno griego medidas que supondrían más recortes y sacrificios para el pueblo griego, pero a su vez surge el temor cuando se dan cuenta de que, ante eso, Grecia no solo reivindica su soberanía, sino que podría terminar acercándose más a otras órbitas: las de los BRICS, la de Rusia.

Eso explica la reacción de Estados Unidos de este pasado fin de semana, pidiendo a los actores europeos que mantengan la negociación que permita a Grecia “volver al crecimiento y la sostenibilidad de la deuda dentro de la Eurozona”, aunque eso implique “una posible quita” de la deuda.

Así lo contempla, por ejemplo, el analista económico senior del diario estadounidense The New York Times, Neil Irwin, quien menciona el riesgo de que Grecia se vea empujada hacia Rusia en términos geopolíticos y de que el euro y la Unión Europea terminen siendo más frágiles de lo que a sus líderes les gustaría.

En las últimas semanas Grecia ha intensificado sus contactos con el Gobierno ruso para tratar de configurar una alianza más estrecha. Y de hecho ambos países acaban de firmar un memorandum de entendimiento para crear una compañía participada por ambas partes que se encargaría de construir el gasoducto Turkish Stream a su paso por territorio griego, y que en esa zona se llamaría “gasoducto de Europa del Sur”.

En términos geopolíticos la sombra de Rusia y China frente a lo que se entiende por Occidente no es baladí, y ello es tenido en cuenta por las políticas de Estados Unidos en Oriente Medio o en Ucrania, entre otras áreas. Frente a la unipolaridad estadounidense de hace unos años, surge la multipolaridad y el temor de Washington a una pérdida progresiva de poder e influencia en el mundo, ante una Rusia con cierta fuerza y una China que aplica lo que algunos llaman la estrategia de la acupuntura, ampliando silenciosamente su control a través de su poder económico.

El FMI ha reconocido que las medidas de austeridad impuestas en Grecia en los últimos años han provocado la disminución de la actividad económica mucho más pronunciada que la prevista por la Troika, pero a la vez se sigue apostando por apretar las tuercas a Grecia.

Grecia ha sufrido seis años de desmantelamiento del tejido productivo y de medidas destinadas a rescatar y sanear los bancos a costa de asfixiar a la mayoría de la población. A cambio, la banca europea intenta en Grecia por la vía económica lo que antes otros conseguían por la vía militar. Ya no se necesitan armas de fuego para perpetrar golpes. En el país heleno hemos contemplado un golpe de Estado económico y aquí en España sufrimos un golpe de Estado laboral, en el que las condiciones de trabajo son tan precarias y los derechos laborales tan menguados, que no hace falta que nos repriman para que abandonemos  reivindicaciones: de eso ya se encarga nuestro miedo.

Estamos presenciando un capítulo histórico escalofriante. El Eurogrupo amenazando, la derecha griega lanzando una moción de censura y Tzypras hablando en el Congreso en plena madrugada del sábado, defendiendo la soberanía de su país y su derecho a convocar un referéndum que la Troika teme, porque el efecto de todo un pueblo diciendo no a las medidas dacronianas de austeridad pondría en evidencia el carácter antidemocrático de las mismas.

Por eso en los últimos días se redoblan los esfuerzos propagandísticos que pretenden inyectar miedo en la población griega para que triunfe el sí. Y por eso el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker -el que como primer ministro de Luxemburgo fomentó los paraísos fiscales- se empeña en hacernos creer que en el referéndum griego se decide la permanencia o no de Grecia en la Unión Europea, cuando en realidad de lo que se trata es de elegir entre la asfixia a costa de los intereses de una minoría o la sensatez de medidas que permitan al Gobierno griego pagar la deuda legítima con condiciones humanas sin necesidad de condenar a su país a más pobreza y sumisión.

La Unión Europea tiene que decidir si quiere estar al servicio de sus ciudadanos o del sistema financiero global. Por eso en Grecia todos nos jugamos mucho.

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La enorme avalancha mediática en contra del gobierno Syriza tiene un objetivo claro. No es la expulsión de Grecia de la Eurozona, sino la expulsión de Syriza del gobierno

El establishment español no quiere que Syriza permanezca en el poder, pues la existencia de su gobierno muestra la crueldad e ineficiencia de sus propias políticas de austeridad.El problema que tienen es que Syriza continúa gozando de un gran apoyo electoral. Según las últimas encuestas (de hace un par de semanas), la aprobación que recibe el gobierno de Tsipras es de nada menos que de un 66%, y ello a pesar de que las fuerzas conservadoras, incluyendo las liberales (todas ellas claramente hostiles hacia el gobierno de Syriza), controlan los medios de información y persuasión griegos, y cuyos artículos son sistemáticamente reproducidos en los medios españoles.

Syriza Party leader Alexis Tsipras greets supporters at a party rally in Athens. The leftist party came second in the elections last month and could win a revote on Sunday.

Syriza Party leader Alexis Tsipras greets supporters at a party rally in Athens. The leftist party came second in the elections last month and could win a revote on Sunday.

Vicenç Navarro

Público.es

No existe plena conciencia en la mayoría de la ciudadanía en España de lo enormemente limitada que es la diversidad ideológica en los medios de información españoles. La práctica ausencia de voces críticas con la sabiduría convencional del país hace que la población no se percate de este enorme déficit democrático existente en España (incluyendo Catalunya), que es uno de los mayores problemas que tiene la democracia española, fruto del enorme dominio que lo que antes se llamaba la clase capitalista (y ahora se llama el 1%) tiene sobre tales medios (tanto públicos como privados). Un ejemplo de ello son los reportajes sobre lo que ocurre en Grecia y las negociaciones que su gobierno está llevando a cabo con la Troika (el Fondo Monetario Internacional, FMI, el Banco Central Europeo, BCE, y la Comisión Europea), así como con el Eurogrupo, constituido por los Ministros de Economía y/o Finanzas de los países de la Eurozona (claramente dirigidos por el representante del gobierno conservador alemán y, en situación de docilidad y subsidiariedad, del gobierno socialista francés). En la gran mayoría de dichos reportajes sobre las negociaciones, se presenta que su impasse (que podría terminar con la expulsión de Grecia de tal comunidad monetaria –la Eurozona-) se debe a la incompetencia, a la bisoñez y a las rigideces del gobierno griego, dirigido en las negociaciones por su Ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, al que sistemáticamente se presenta como un narcisista procedente del mundo académico, carente del tacto y diplomacia que tales negociaciones requieren, y cuyo comportamiento está agotando la paciencia del establishment europeo y del FMI, las propuestas de los cuales se presentan como racionales y lógicas, necesarias para ayudar a Grecia. Las voces críticas con esta interpretación de los hechos son sistemáticamente vetadas y/o marginadas, reproduciéndose así la sabiduría convencional, que es, ni más ni menos, que la promoción de una gran mentira. Y utilizo la expresión “gran mentira” y no el término “gran ignorancia” porque el establishment europeo sabe muy bien lo que ocurre y lo que está pasando, que, de momento, se está desarrollando según un plan predeterminado con un objetivo que está cada vez más claro.

¿Qué está intentando el establishment que gobierna el euro?

Como he mostrado en artículos anteriores, la enorme avalancha mediática en contra del gobierno Syriza tiene un objetivo claro. No es la expulsión de Grecia de la Eurozona, sino la expulsión de Syriza del gobierno (ver mi artículo “Los establishments políticos y financieros europeos quieren terminar con Syriza”, Público, 28.04.15). Como bien reconoció nada menos que el Presidente del Banco Central Europeo, el Sr. Draghi (cuya hostilidad hacia el gobierno de Syriza es bien conocida – ver mi artículo “El ataque frontal del gobierno alemán y el BCE a Grecia”, Público, 17.02.15), el tema hoy en las negociaciones es político, más que económico y financiero. Lo que están intentando es destruir todos los instrumentos que la clase trabajadora tiene a su alcance –el gobierno de Syriza y los sindicatos- para, de una vez por todas, recuperar un gobierno dócil a sus órdenes y mandatos, defendiendo un orden que beneficia a los intereses financieros y económicos que tal establishment europeo (incluyendo el griego) representa. La evidencia de ello es abrumadora.

La absurdidad de las propuestas que se quieren imponer a Grecia

En contra de lo que se ha informado en España, el gobierno griego ha hecho gran número de concesiones, tales como mantener un superávit primario durante muchos años, pasando de ser éste de 0.,6% del PIB en 2015 a un 3,5% en 2022 (el superávit que se cuantifica una vez descontados los intereses que se deben pagar por la deuda del Estado”), respetar las privatizaciones de centros neurálgicos de la economía griega, retrasar varias medidas –como el aumento del salario mínimo-, renunciar a la renegociación de la deuda, y muchas otras (ver mi artículo “La canallada que le están haciendo a Syriza en Grecia”, Público, 11.06.15). Ha propuesto también un arbitraje de las negociaciones, poniéndolas bajo la dirección de la OCDE o la Organización Internacional del Trabajo (ver “A Greek Deal Could be in the Offing –Given the Will”, Reiner Hoffmann, Gustav Horn y Gesine Schwan, Social Europe, 15.06.15).

Ahora bien, todo esto, por lo visto, es insuficiente para el establishment europeo y para el FMI. Lo que en realidad quieren es cargarse a los sindicatos y al sistema de negociación colectiva que defiende los intereses de la clase trabajadora, así como destruir el sistema de protección social, incluyendo las pensiones. Es un ataque frontal a la clase trabajadora griega. No hay otra manera de definirlo. Es la lucha de clase en su expresión más dura y cruel, con el objetivo de destruir los instrumentos de defensa del mundo del trabajo.

Y estas medidas se quieren imponer en base a la enorme falsedad en la que se sustentan. Por ejemplo, se acusa a Grecia de tener una excesiva protección social, acusándola, por ejemplo, de tener unas pensiones excesivas, exigiéndole que se retrase la edad de jubilación en nada menos que cinco años, reduciéndose todavía más el nivel de las pensiones (que ya se han reducido un 48% desde 2010). En realidad, el Financial Times informó de que el 45% de las pensiones están por debajo del nivel de pobreza (ver “Q&A: Greek pensions – deal or no deal”, Financial Times, 04.06.15). Otra exigencia es que se haga otra reforma del mercado laboral, debilitando, y en muchos casos eliminando, los convenios colectivos, con la intención explícita de bajar los salarios (de los más bajos de la Eurozona) para aumentar las exportaciones, sin considerar el impacto negativo que ello supondría en la capacidad adquisitiva de la población y, por lo tanto, en la demanda doméstica y en el consiguiente estímulo económico. Y así un largo etcétera (ver “Germany is Bluffing on Greece”, de Mark Weisbrot, CounterPunch, 15.06.15).

Como bien han dicho Joseph Stiglitz, Paul de Grauwe, Amartya Sen, Paul Krugman, Mark Weisbrot y otros economistas de gran credibilidad, estas medidas, pertenecientes al dogma neoliberal, son “absurdas”, de una “crudeza sin límites”, “ejemplo de lo que no debe hacerse en un país que ha estado en recesión por muchos años”, “no tienen sentido desde el punto de vista económico” y otros términos parecidos.

¿El supuesto fin del euro? ¡No se lo crean!

Ya ha comenzado a aparecer de nuevo el argumento de que tales medidas son necesarias para Grecia, para la Eurozona y para el euro. “Salvar al euro” ha sido el argumento constante que se ha utilizado para imponer las absurdas políticas neoliberales que han dañado enormemente el bienestar y la calidad de vida de las clases populares de los países de la Eurozona.

Les aseguro a ustedes, lectores, que el euro no desaparecerá, pues la existencia de las condiciones impuestas para la gobernanza del euro ha beneficiado enormemente el capital financiero europeo, hegemonizado por el alemán. Es más, la salida de Grecia del euro podría significar, según Wolfgang Munchau, del Financial Times, la pérdida para Alemania y Francia de 160.000 millones de euros. Es por ello que la salida de Grecia del euro es muy poco probable que ocurra. En realidad, la gran preocupación que tiene el establishment político europeo (y el estadounidense) es que Grecia pudiera salir del euro. El binomio Merkel-Obama no quiere ni pensar en esta posibilidad. La salida de Grecia del euro significaría un cambio sustancial del sistema de alianzas en el mundo occidental, con el acercamiento de Grecia a Rusia, e incluso a China (que se convertirían en sus fuentes de crédito), la salida de Grecia de la OTAN, la participación de Grecia en el desarrollo del famoso proyecto de gasoducto propuesto por Rusia, haciendo a Europa más dependiente, por sus necesidades energéticas, de Rusia, y muchos otros cambios totalmente indeseados por el binomio Merkel-Obama. En un momento de rearme y revitalización de la Guerra Fría, estos cambios son intolerables. Y de ahí que estén tratando, por todos los medios, de conseguir la expulsión de Syriza del gobierno griego.

El problema que tienen es que Syriza continúa gozando de un gran apoyo electoral. Según las últimas encuestas (de hace un par de semanas), la aprobación que recibe el gobierno de Tsipras es de nada menos que de un 66%, y ello a pesar de que las fuerzas conservadoras, incluyendo las liberales (todas ellas claramente hostiles hacia el gobierno de Syriza), controlan los medios de información y persuasión griegos, y cuyos artículos son sistemáticamente reproducidos en los medios españoles. El establishment español no quiere que Syriza permanezca en el poder, pues la existencia de su gobierno muestra la crueldad e ineficiencia de sus propias políticas de austeridad.

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MONEDERO: «La fórmula para las generales es que Podemos incorpore un guión [Podemos-] con gente de otros sitios»

Juan Carlos Monedero apuesta por sumar otros espacios políticos al nombre de Podemos en la papeleta electoral de las elecciones generales

«Después de Podemos-lo que fuere diferentes gentes que han tomado la decisión de no incorporarse a Podemos podrían participar, y nos permitiría representar de manera plural el cambio e identificar la figura de Pablo Iglesias como el contendiente de Pedro Sánchez y de quien sea en el PP»

«Al día siguiente de las elecciones en Barcelona y en Madrid, se acuñó la idea, incluida la interpretación de la prensa, de que había triunfado Podemos», reflexiona el exnúmero 3 del partido

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Juan Carlos Monedero (Madrid, 1963) dejó la dirección de Podemos hace seis semanas. Este profesor de Políticas de la Complutense, fundador del partido, uno de sus padres intelectuales, afirma sentirse «feliz, muy a gusto», fuera de la estructura orgánica del proyecto político con el que sigue implicado. En estas semanas se han producido las primeras elecciones muncipales y autonómicas desde que nació Podemos en enero de 2014.

Los resultados de Podemos y de las candidaturas de confluencia o de unidad popular han abierto el debate sobre cómo ha de ser el proceso para las generales, tanto en Podemos como fuera de Podemos: el candidato de IU a las generales, Alberto Garzón, ya ha invitado a Podemos y al resto de fuerzas políticas y sociales de las izquierdas a participar en una candidatura de unidad popular.

Después de estas elecciones, en las que Podemos ha logrado un 14%-15% en las Autonómicas, donde se ha presentado con su marca, y en las que candidaturas de unidad están conquistando capitales como Madrid, Barcelona, Zaragoza, Santiago y Coruña, entre otras, ¿cabe pensar en candidaturas de unidad popular para las generales?

Hay algunos estudios que ha hecho Podemos que invalidan que sea cierto que las candidaturas de unidad popular hayan sacado mejor resultado que Podemos, salvo algunos casos concretos y el caso más emblemático es Madrid. Las cuentas globales no dan para afirmaciones muy rotundas.

La ventaja de Podemos con respecto de todas las demás fuerzas políticas transformadoras, lo que ha permitido la ventaja radical de Podemos frente a IU, es entender que venimos de una enorme derrota: ya no tenemos marco teórico ni ejemplos de gestión práctica, y hemos perdido el sentido común de lo colectivo. Porque el sentido común se ha hecho neoliberal y todos somos un poco neoliberales: está generalizada la idea de que lo público es peor que lo privado, de que las empresas funcionan mejor que el Estado… Todo ese tipo de elementos han situado a los valores de la solidaridad, del bien común frente a la mercancía, en lugares marginales. Como para seguir hablando con alegría en términos arcaicos.  El Roto lo resumió en El País: «Los jóvenes salieron a la calle y súbitamente todos los partidos envejecieron».

Es lo que hace que a quien le entregamos históricamente la responsabilidad de representar la emancipación, los partidos poscomunistas con esa constelación que expresó IU, se han convertido en referencias gerontocráticas aunque las represente gente joven, que es el drama que tiene Alberto [Garzón]. Es un drama de intentar remozar una cosa que ya no es remozable, y que implica mucho coraje intelectual y mucha generosidad. Coraje intelectual de entender que todo lo que has analizado se te ha disuelto y generosidad personal de decir: «Todo lo que he peleado en mi vida estaba mal direccionado». Implica que hay que empezar de nuevo.

Pero, ¿ve deseable una candidatura de unidad popular, bloque del cambio, para las generales?

Hay problemas que no tienen solución teórica, sino empírica. El grado de complejidad es enorme, varía según las condiciones y es inagotable. ¿Qué ha hecho este país [en las últimas elecciones]? Ese análisis más concreto nos lleva a que hay una formación política que ha sido capaz de acuñar la voluntad de cambio de este país y se llama Podemos. Y eso es una realidad más allá de lo que hayamos hecho nosotros. Tanto Ada Colau como Manuela Carmena han insistido en que no son de Podemos. Pero al día siguiente de las elecciones en Barcelona y en Madrid se acuñó la idea, incluida la lectura de la prensa, de que había triunfado Podemos, porque detrás de Ada y Manuela Carmena lo que la gente ha leído es que lo que está es Podemos. No somos el único cambio, aunque hemos identificado el cambio. Quien vino aquí a darle un revolcón a la política de este país es Podemos, quien ha ejemplificado la voluntad de cambio es Pablo Iglesias.

Fíjate que si Podemos no fuera tan importante yo no podría explicarme los ataques que he recibido. Yo no he tenido nunca ningún cargo, ni he aspirado a ninguno. Creo que, en la democracia, nadie en concreto como individuo ha recibido tantos ataques políticos sin tener ningún cargo como los que he recibido yo: decenas de portadas, ministros, la vicepresidenta, expresidentes, inspecciones de todo tipo… Horas y horas de tertulias por el simple hecho de ser uno de los fundadores de Podemos. Esa desmesura solo se explica por el miedo que hemos creado.

Esa voluntad de cambio no podemos malbaratarla y no responde a que hayamos sido especialmente virtuosos o que hayamos acertado con la fórmula de la Coca-Cola, no se trata de que hayamos hecho un diagnóstico maravilloso… No, a veces se juntan una serie de variables, y algo que es imposible se convierte en posible y convierten la realidad en lo que es.

Desde el 15M hemos ido construyendo un juego de tensiones y reacciones políticas que se han sancionado en que Podemos es una fuerza política que representa la voluntad de cambio de este país. Y eso no lo podemos malbaratar.

¿Pero Podemos en solitario es suficiente para ganar?

No. Nuestro reto ahora es ser capaces de hacer lo que está en el ADN del cual nace Podemos: construir ese lugar antaño llamado de izquierda pero que va mucho más allá. Porque hemos roto con algunos maleficios, como el divorcio entre reforma, revolución y rebeldía. Los partidos comunistas apelaban a la revolución; los socialdemócratas a la reforma y, los anarquistas, a la rebeldía. Ese divorcio ha perjudicado a los tres. Tenemos que reinventar ese espacio antaño llamado izquierda, y romper con el maleficio por el que alguien de tradición socialdemócrata no podía sentarse a tomar un café con la gente que venía de la tradición comunista. Y eso ha sido un problema terrible, que en España se traduce en las dificultades para mucha gente que ya no soportaba el hedor autoritario del PSOE pero era incapaz de votar una formación como IU porque era heredera del PCE. Ese divorcio lo hemos roto nosotros. Y no lo podemos malbaratar, porque ese divorcio nos condena a entregar el poder a la derecha, y, ahí, ese peso biográfico del PCE lo convierte en un lastre para la reconstrucción que necesitamos. Por eso es un momento que reclama muchísima generosidad.

Ahora mismo hay una discusión, que ha expresado Julio Anguita, sobre disolver IU y el PCE [«es de urgente fundación una fuerza política de carácter marxista que beba de la tradición revolucionaria del PCE y del espíritu fundacional de IU. Una fuerza que necesita de comunistas y militantes de la izquierda. Hoy por hoy ni el actual PCE ni la actual IU están a la altura de esa tarea. Necesitan refundarse en algo mucho más profundo que un cambio cosmético», ha escrito en Mundo Obrero]. Y eso es muy corajudo. En el caso de IU, que lo diga Anguita, que es su creador, me parece más llevadero. Lo del PCE es un reto enorme, porque el que lo disuelva entra en los libros de historia como un paria.

En la reconstrucción de ese lugar antaño llamado izquierda que, desde el año 1991 con la caída de la URSS, se convierte en meramente electoral en todo el mundo, desaparece la posibilidad de cualquier salida insurreccional, de una huelga general revolucionaria… Todo eso ya no funciona, es la vía electoral, no hay otra. Y, claro, si de repente te encuentras con que hay formaciones políticas que restan más que suman, nos encontramos con un problema que no se puede gestionar entre las cúpulas que representan los intereses cuasiprofesionales o laborales de un grupo de personas.

Cuando te sientas con el PCE, ¿qué estás negociando?, ¿puestos de trabajo de un grupo que vive del PCE o estás negociando realmente un ámbito intelectual, transformador, democrático, que tiene un espacio en las sociedades democráticas avanzadas y que hay que contar con él porque es un elemento esencial de la transformación?

¿Y qué representa Garzón?

Alberto Garzón tiene un problema que es el que tienen las familias pobres cuando reciben una herencia, que a veces tienen que renunciar a ella porque no pueden pagar los impuestos. La casa viene con unos inquilinos que no hay cómo echarlos. Yo, que he militado más de dos decenios en esa formación política, me niego en lo personal a seguir ingiriendo aire tóxico cuando no hace falta. Hay cosas que me parecen tan intolerables… Ver a Raquel López insultando a Alberto Garzón, llamándolo miserable delante de las cámaras, cuando veo a Luis García Montero insultando a Alberto Garzón, cuando veo a Llamazares, que en algún momento quiso representar la renovación en IU, aliándose con Ángel Pérez y con lo que representa el marxismo ladrillismo. ¿Eso es lo que una fuerza como Podemos tiene que importar? ¿Por qué? ¿Por qué te vas a cargar con ese lastre? Es muy, muy difícil.

Parece obligatorio que Podemos tiene que incorporar todo el movimiento ciudadano que se ha expresado en el entorno de la candidatura de Barcelona en Comú, Ahora Madrid, de las Mareas… Pero creo que hay dos exigencias que tenemos que cumplir: que Podemos sea la nave nodriza que atraviese los mares con todo ese grupo de gente que se siente identificado por esa nave nodriza porque la gente quiere votar cambio y el cambio se está identificando con Podemos. Y, al mismo tiempo, que no balcanice el Parlamento, porque entonces no vamos a poder poner en marcha las transformaciones.

Si se fragmentara mucho la representación en el conjunto del Estado estaríamos haciendo buenas las amenazas del PP de que votar algo que no sea PSOE y PP es ir al caos, construir algo ingobernable que generaría miedos, y ya están trabajando en esa dirección.

En un mundo lleno de incertidumbre, hay que rebajar incertidumbres, y las rebajan los liderazgos, que tienen que ser nuevos que emanan de la sociedad civil: Ada Colau, Manuela Carmena, el propio Pablo Iglesias…

¿Cómo se construye eso? Con mucha generosidad. Yo creo que Pablo tiene que hacer lo que planteé en su momento cuando salí de la dirección, que es recuperar el contacto con las bases. Pablo tiene que hacer lo que hizo Lula, montarse en un autobús y recorrer España, y él tiene la capacidad de conseguir esa cuadratura del círculo que es Podemos y más cosas. Y que no es una fórmula que tengamos que identificar ahora mismo, pero no va a ser una suma de siglas sin más, tiene que ser otra cosa más virtuosa. Pero tiene que significar claramente lo que han significado las candidaturas de unidad popular pero con el refuerzo claro de que ahí está Podemos.

Hay gente que intenta diluir la figura de Podemos y es un error, porque Podemos ha demostrado que vamos en serio. Incluso en mi propia dimisión en un país en el que nadie dimite y hay un aferramiento a los cargos.

Ese ánimo que se verifica en la emoción que hemos despertado en la gente y que es real porque se ha devuelto una ilusión que no podemos malbaratar, seríamos unos sinvergüenzas, tenemos que ser muy coherentes, astutos, audaces, prudentes… Y tenemos la ventaja de que no tenemos ningún tipo de deuda, ni con bancos ni con siglas ni con militancias. Otros tienen una estructura y son rehenes de esa estructura.

Yo no descarto que dentro de un tiempo nosotros los tengamos, yo los tengo en mi cabeza, porque cualquier partido político corre el riesgo de convertirse en un partido político y a menudo caemos en los problemas de los partidos políticos.

¿Cómo sería esa cuadratura del círculo?

Yo creo que sería un error hacer valer la marca Podemos sin más y que Podemos quiera pretender bastarse para representar el cambio. Creo que el hecho de que vengamos del 15M imposibilita esa consolidación. Quizá más adelante pudiera ser, pero en la propia definición de Podemos como un partido de cuño diferente creo que no se le va a permitir presentarse como el partido hegemónico, único que incorpore toda la pluralidad social.

Enfrente, estaría algo que yo también pienso que sería un error, que es montar una suerte de movimiento asambleario en todas las provincias que no tendría la capacidad ni de acertar con liderazgos populares y que estoy convencido que caería en la inoperancia del 15M. Y al mismo tiempo terminaría balcanizando el Parlamento y haciendo buenas las críticas amenazantes del PP y del PSOE.

Por tanto, hay que encontrar una fórmula mixta, que diría Aristóteles.

¿Cuál?

Una fórmula donde Podemos fuera la nave nodriza, como decíamos antes, el gran encauzador del movimiento y que incorporase un guión [Podemos-] donde pudiera colgarse gente que viniese de otros sitios. Quedaría claro que Podemos es el impulsor, el catalizador, el que organizaría las primarias, el que buscaría la ocasión para encontrarnos y, después, en ese guión «somos la transformación», por ejemplo, Podemos-lo que fuere, encontraríamos la posibilidad de que diferentes gentes que vienen que diferentes lugares y que han tomado la decisión de no incorporarse a Podemos, pero sí al ánimo que acompaña a Podemos, pudieran participar de esas candidaturas y nos permitiera representar de manera plural el cambio, permitiera identificar la figura de Pablo Iglesias como el contendiente de Pedro Sánchez y de quien sea en el PP, que seguramente será Rajoy porque es muy correoso y no creo que se deje sustituir por Soraya Sáenz de Santamaría. Y esa discusión Rivera, Pedro Sánchez, Rajoy, Pablo Iglesias lleva a entender que el polo de la transformación es Pablo Iglesias, y que por tanto el partido que funda, Podemos, tiene que tener un elemento de visibilidad clara, que es como la nave que va abriendo el surco en el hielo que permite que las demás le acompañen y que unifica después el trabajo desde el Parlamento.

Tiene una parte experimental en lo que estamos planteando, pero lo que parece absurdo es que en el siglo XXI sigamos con estructuras del siglo XIX y pensar que van a funcionar.

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A cada nuevo detenido por corrupto en el PP le pillan con el rifle cargado. Prepotentes, cortos, osados, egoístas hasta la puerilidad. Con el rosario en una mano y el látigo en la otra. La eterna escopeta nacional. El gusto por las cacerías, los toros, el vino, el jamón y el puterío

Si por Esperanza Aguirre fuera, el mundo seguiría regido por monarquías absolutas.Y siempre el mismo retrato. Prepotentes, cortos, osados, egoístas hasta la puerilidad. Con el rosario en una mano y el látigo en la otra. La eterna escopeta nacional. El gusto por las cacerías, los toros, el vino, el jamón y el puterío. A cada nuevo detenido por corrupto en el PP le pillan con el rifle cargado (véase el delegado del gobierno en la Comunidad valenciana). De ahí que hayan entregado los montes públicos castellano-manchegos o los aragoneses –con menor ruido mediático- al solaz de los cazadores. La operación Púnica delviceaguirre Granados ya nos mostró la oportunidad de negocio que brindan.

Ojalá, como dijo Carmena, quienes se anclan en el turbio pasado que representa el PP lleguen a caer rendidos por la seducción de unas políticas hechas para la gente.  No será fácil, no. Pondrán cuantas trabas y trampas estén a su alcance. En España sobre todo, también en la Europa neoliberal. Pero el cambio ha echado a andar. Unos pasos. Grecia empieza a no estar sola, pronto se unirán los portugueses. Todos los estafados que pierden el miedo.

Rosa María Artal

eldiario.es

Van del asombro a la descalificación ¿Cómo ha osado este país darles estos disgustos? La reacción de numerosos miembros del PP a la pérdida de poder demuestra que la derecha española permanece inamovible en sus esencias. Como si cada noche entraran en un bunker para aislarse de cuanto sucede en el mundo, de la vida de otros seres humanos, de siglos de historia.

Con ellos marchan sus 6 millones de votantes, impermeables a un reguero insuperable de corrupciones y trampas y a una gestión que solo a una mínima parte de ellos beneficia. Andan de corrillos por la calle haciéndose oír. “Los comunistas” les van a quitar la segunda residencia y hasta la COPE o el ABC de los que se nutre -al margen de ideologías- una ignorancia y obtusez difícil de encontrar en personas desarrolladas. 6 millones de personas aún. Casi increíble. Tienen a quienes parecerse.

Foto: Biel Aliño para El Mundo e

A Rita Barberá se le desmoronó literalmente el esqueleto el 24M. Aunque –potente como es ella- enseguida reaccionó para pedir un pacto de Estado con el PSOE que la mantuviera en el puesto. Esperanza Aguirre, por su parte, ha recorrido toda la gama de las emociones, sin el más mínimo temor a hacer, a seguir haciendo, el ridículo. Ofreciendo la silla -que en principio no tiene- con tal de echar a la bestia que amenaza a los madrileños. Esa Manuela Carmena obstinada en destruir la civilización occidental.

La prima navarra, Yolanda Barcina, mezcla en su desasosiego la Alemania previa a Hitler, la Argentina peronista o la Venezuela actual. La ex ministra Ana Palacios -aupada por Aznar a la vicrepresidencia del Banco Mundial en pago a sus grandes servicios tanto en la guerra de Irak como en el 11M- añade a similar amalgama la nostalgia por el gran Califato del siglo XI y la ultraderecha de Le Pen.

Todo eso y mucho más son Ada Colau, Manuela Carmena y Pablo Iglesias. Ineludible echarse en brazos del PSOE. Y, en Cataluña, no se descartaría ni a los rompedores de todas las Españas –versión CiU-. Que una cosa es la unidad de la patria y otra el bolsillo. Llegados a este punto, a Sánchez-Camacho hasta las elecciones le sobran y pide a Mas que las aplace. Se trata de “evitar que lleguen los antisistema al Parlament”. Peor aún es la zozobra de los empresarios catalanes que claman “no podemos seguir así”, cuando Ada Colau ni siquiera es todavía alcaldesa.  Algunos perdedores han optado por dejar la butaca de la oposición. Bien por coherencia con su fracaso, bien porque ése no es asiento para notables. Al menos lo han hecho con cierta discreción.

Aguirre embelesada por los halagos de un periodista que debe su puesto al PP

Si por Esperanza Aguirre fuera, el mundo seguiría regido por monarquías absolutas. Es lo que cabe deducir de aquellas frases que dedicó al 15Mcomparándolo con los jacobinos golpistas. Como mal menor que al menos se respete el hecho incuestionable de que ellos, la derecha, han nacido para mandar y decidir. Y en puestos vitalicios.

Toda la vida así. Parando cualquier avance, aplastando o echando del país a quien intentara modernizarlo y corregir el enorme atraso en educación, madre de esa secular tendencia al involucionismo. En España los periodos progresistas se cuentan por bienios; los conservadores por centurias y los ominosos –de entre estos- por decenios.

Las cacerías de la trama Púnica en la foto de El País.

Y siempre el mismo retrato. Prepotentes, cortos, osados, egoístas hasta la puerilidad. Con el rosario en una mano y el látigo en la otra. La eterna escopeta nacional. El gusto por las cacerías, los toros, el vino, el jamón y el puterío. A cada nuevo detenido por corrupto en el PP le pillan con el rifle cargado (véase el delegado del gobierno en la Comunidad valenciana). De ahí que hayan entregado los montes públicos castellano-manchegos o los aragoneses –con menor ruido mediático- al solaz de los cazadores. La operación Púnica delviceaguirre Granados ya nos mostró la oportunidad de negocio que brindan.

A este cerrado grupo, se accede por cuna, por la riqueza o el abolengo que no pregunta el origen o por simples delirios de grandeza bien usados. María Dolores Cospedal García se añadió un “De” para codearse con los grandes de la derecha siendo el único caso conocido en el que el padre hereda el apellido de la hija. No así el hermano que conserva el de su partida de nacimiento. También se hace uno un hueco en el coro de aficionados, por vocación, a ver si la fortuna se pega.

Todo apariencia. Rencor. Aunque ganen, aunque cumplan sus sueños de poseer mucho más de lo imprescindible. Necesitan demostrarlo, sentar sus reales. Siguen representado a esa España masoquista, cruel y teatrera, amante de la sangre y de la muerte, que exige pleitesía para marcar la diferencia social.

El PP sabe que lo ocurrido en las elecciones del 24 de Mayo no es lo mismo de siempre. No se trata de alternar el poder con el PSOE escenificando discrepancias en público. Teme que ahora sí puede ser llegada la hora de solventar desajustes y acabar con impunidades y privilegios casi ya calcificados.

El PSOE aparenta andar algo más desorientado.  Ya no es solo que crea haber ganado cuando ha seguido perdiendo votos y solo las carambolas electorales han acrecentado su poder. Oportunidad de oro sin embargo para obrar con tino. El peligro reside en los asesores e intérpretes de lo conveniente que les rodean.

Susana Díaz llamando a la “centralidad” y a “ no disfrazarse de lo que no somos”. Todo un tratado de socialismo. Que haya quien tema que PSOE y PP pacten, que no se vea impensable que Carmona entregue la alcaldía de Madrid a Aguirre o viceversa, da mucho que pensar. Y mucho más se lo daría a los electores.

Es la “centralidad”, el nuevo tópico horribilis, al que apremian sus diarios de cabecera. También el poder económico que, por si acaso, se ha buscado un Ciudadanos dado que el PP empieza a ser un pretendiente poco presentable. La “centralidad”, vocablo que usó inicialmente Pablo Iglesias para Podemos, es la novia ideal, según insisten todos los actores en liza. Lo que no deja de ser curioso cuando la sociedad ha votado, rotundamente, cambio.

Sería un error histórico darle dos tazas de derecha altanera y “centralidad”.  Sobre todo para sus ejecutores. La sociedad quiere que dejen de pisotearla y hacerse dueña de su destino. Y por fin se ha atrevido a intentarlo.

Íbamos despacio porque vamos lejos

Rosa María Artal

eldiario.es

El camino no será fácil pero se ha comenzado a apretar el paso y en la dirección correcta. Era absolutamente irreal que, tras la indignación que mostró una gran mayoría social en Mayo de 2011, el PP llegara a acumular tanto poder. Y sin embargo ese espejismo fue tan cierto que nos clavó tijera, mordaza, burla, corrupción e impunidad. Llevaba visos de perpetuarse pero la cordura empieza a hacerse hueco.

 El cambio se ha iniciado por su hasta ahora casi omnímodo poder territorial: el PP solo conserva mayoría absoluta en Ceuta, entre grandes capitales y autonomías. Y ver caer a grandes dinosaurias del partido como Aguirre, Cospedal o Barberá, o inamovibles diploducus como León de La Riva, o esperpentos de nuevo cuño como Monago representa un triunfo impensable no hace mucho tiempo.

 Hace 4 años la reacción de votar al PP fue visceral por rechazo a lo que había: el gobierno socialista. Y las gentes de Rajoy creyeron que era un cheque en blanco, por eso lo escribieron con la sangre de nuestros derechos. Aún les queda el incomprensible apoyo de 6 millones de personas (27% de los votantes), que no todos serán beneficiarios de las políticas para privilegiados. Y capacidad de influencia suficiente para seguir haciendo daño. Tal vez más atenuado. Como puede ser el caso de la Comunidad de Madrid que podría quedar en manos de Cifuentes –la nueva Gallardón, primera etapa, para los medios- que anunció privatizaría aún más la sanidad. Dado que es el mismo propósito de Ciudadanos, podemos darnos por mártires del repago y la victimización de las enfermedades “caras”. Pero ni siquiera así, será lo mismo. El viento comienza a virar su dirección.

 Íbamos lejos. Por supervivencia. Ada Colau luchando contra la aberración de los desahucios -en un país que subvencionaba con dinero público a la banca-  marcó el rumbo incluso antes que el hartazgo llenara las plazas. Labor de colonia de hormigas, tenaz frente a insultos, palos y persecuciones. Mucho que negociar y pactar, pero todo apunta a que Barcelona será para los ciudadanos. Para sus necesidades y aspiraciones. Gerardo Pisarello, un muy sólido valor en segundo puesto, marca una lista en la que hay que bucear hasta el final afianzando confianza.

 Igual ocurre en Madrid. Una demócrata sin fisuras, la jueza Manuela Carmena, puede ser alcaldesa. Con la curtida Inés Sabanés detrás y otras personas reconocidas por su trabajo social. Fin de un Madrid solo para el turismo de lujo, y el solaz y el negocio de las grandes fortunas. O en la Comunidad valenciana, donde otra mujer y su Compromís –Mónica Oltra- han mandado a Rita Barcerá a un retiro que su prepotencia no logra entender.

 Memorables cambios en lugares como Santiago de Compostela que había tenido que echar a todo el PP de su ayuntamiento, imputado por corrupción. El cambio ha empezado a ser urbano, ojalá, como dijo Carmena, quienes se anclan en el turbio pasado que representa el PP lleguen a caer rendidos por la seducción de unas políticas hechas para la gente.

 No será fácil, no. Pondrán cuantas trabas y trampas estén a su alcance. En España sobre todo, también en la Europa neoliberal. Pero el cambio ha echado a andar. Unos pasos. Grecia empieza a no estar sola, pronto se unirán los portugueses. Todos los estafados que pierden el miedo.

 Ha sido (y aún es) tan traumático lo que nos ha ocurrido que muchos han caído en el síndrome Arya Stark, tan insano en el fondo. Y no conmueve nada, todo lo contrario, la imagen de derrota de Rita Barberá, Esperanza Aguirre o Cospedal. De los voceros a su servicios. Esas televisiones públicas que se han puesto a los pies de intereses espurios. Hasta medios privados cambiarán si no dependen del teléfono sancionador de las portavocías del poder. La venganza termina por verter su ácido corrosivo sobre quien la ejerce, pero algo de justicia, de compensación, alivia. Por un rato al menos, para volver a tomar aire.

El PSOE hará bien en enterarse de que ha perdido votos y que el aumento de poder territorial es fruto de contingencias electorales. Deberá repensar su futuro. Ciudadanos no ha respondido a las enormes expectativas creadas. Su sospechoso ascenso meteórico no ha pasado desapercibido. La recolección de candidatos por las sobras o las ambiciones de otras formaciones, tampoco. Sus apoyos ahora serán mirados con lupa. ¿El pacto anticorrupción admite Caja B añeja de todo un partido? IU  dejó le cavara la fosa la vieja guardia, y muchos eficientes servidores públicos pagan por ello. Podemos debe ser consciente también de que canalizó como nadie el sentir ciudadano pero que, antes, fue la gente la que lo promovió.

 Parece que fue ayer cuando María Dolores de Cospedal, retaba con arrogancia a los movimientos sociales a que entraran en política. Desplegando malas artes ha logrado que su pucherazo en la ley electoral le suponga un tiro en el pie. Ahora toca disfrutar del inmenso patrimonio acumulado estos años, y, en su caso, de la asunción de  responsabilidades por lo hecho.

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Monereo: A Podemos le toca la responsabilidad de estructurar el bloque nacional-popular sabiendo que solo no podrá. A IU le toca “refundarse». Es hora de volver a Julio Anguita.

El tiempo apremia y la unidad no tiene espera. Nos lo jugamos todo en poco tiempo y todos debemos hacer los deberes que nos tocan. Es hora de volver a Julio Anguita. El fondo del asunto es simple y coherente con su modo de ver la política de este país desde su reflexiva soledad cordobesa: hay que construir la alternativa, para ello hace falta organizar un proyecto autónomo con voluntad de poder.

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Manolo Monereo

Cuarto Poder

A Julio Anguita le han construido una imagen de doctrinario y de pésimo táctico. No es verdad. El antiguo coordinador de IU tenía principios sólidos que nunca aplicó dogmáticamente, pero, sobre todo, tenía y tiene un gran olfato político para ver lo nuevo que emerge y traducirlo en votos. No fue casual que los jóvenes del 15M lo admitieran como interlocutor, y lo hizo a su manera, es decir, sin halagar y entrando en un diálogo franco y leal. Tampoco fue casual el surgimiento del Frente Cívico. Izquierda Unida, siempre temerosa, dejó pasar la iniciativa sin sacar las consecuencias políticas debidas. Pablo Iglesias lo entendió a la primera y lo convirtió en el núcleo del discurso político de Podemos.

Un mes, más o menos, antes de las elecciones, Anguita escribió un artículo valiente y extremadamente audaz con el título de “El nudo gordiano”. Lo que venía a decir es claro: expresar la enorme preocupación ante una izquierda que no está a la altura de las dramáticas circunstancias de nuestro país y proponer la creación de una nueva formación política más allá de IU y del PCE. Me temo que este artículo será tratado como los anteriores, es decir, dejarlo pasar y que el tiempo lo haga olvidar. Un error más de los pusilánimes de turno, porque, se esté de acuerdo o no con él —yo lo estoy— el debate merece la pena y puede clarificar mucho los dilemas estratégicos de las fuerzas que, en uno u otro sentido, impulsan lo que hemos llamado la unidad popular.

Todo esto —parece evidente— tiene que ver con el análisis y la valoración de las elecciones municipales y autonómicas celebradas hace unos días, en el marco de un ciclo que terminará en noviembre de este año. Nos referimos a unas elecciones singulares que encuentran a las llamadas fuerzas emergentes en condiciones especialmente complicadas. Inventarse organizaciones, desarrollarse territorialmente y generar centenares de candidaturas en poco más de un año no es nada fácil. Esto obliga a entender estas elecciones como la continuación de un ciclo iniciado en las europeas y que terminarán con las generales. Al fondo, el 15M.

Los resultados entraban —podríamos decirlo así— en el marco de lo previsible. En primer lugar, derrota política del Partido Popular. La derecha pierde votos, pero sobre todo, va a perder poder, mucho poder. Es cierto que el PP sigue siendo la primera fuerza política del país y debe suscitar reflexión preguntarse cómo y por qué se sigue votando a una formación política ligada estructuralmente con la corrupción. En segundo lugar, el bipartidismo retrocede pero se resiste en clave PSOE. La estrategia de Pedro Sánchez se ha mostrado acertada, polarizarse claramente con la derecha y frenar por la izquierda a Podemos. Frente a los que opinaban que era el momento de “la gran coalición” y que había que moderar la confrontación, el secretario general del PSOE entendió que esto era suicida y que dejaba a Podemos un amplísimo espacio electoral.

Conviene aquí no confundirse demasiado. Polarizarse con el PP es buscar el eje derecha- izquierda como referencia, sabiendo que, al final, se pedirá, como siempre, el voto útil y la necesidad de sumar todos los apoyos a la “izquierda” capaz de impedir el triunfo de la derecha. El “relato” es claro: o se vota al PSOE o gana la derecha. Este ha sido el chantaje discursivo durante más 30 años que Izquierda Unida no pudo, casi nunca, superar.

Todos sabíamos que la táctica del voto útil escondía una trampa que era relativamente fácil de desvelar: si a la izquierda del PSOE crecían fuerzas con proyectos alternativos, estos, los socialistas, tendrían que decidir si estaban por seguir pactando con los poderes económicos o —era la clave— girar a la izquierda y propiciar políticas en favor de las mayoría sociales y, específicamente, de los trabajadores y trabajadoras. Lo fundamental —todos lo sabemos— era un sistema electoral que forzaba al voto útil y dejaba a las fuerzas realmente de izquierdas fuera de las opciones con posibilidades reales.

Aquí se ve, una vez más, que el verdadero partido del régimen es el PSOE, ya que asegura como nadie que los que mandan y no se presentan a las elecciones puedan obtener un consenso lo suficientemente amplio para que en ningún momento se cuestione el modelo económico y de poder vigente. El partido de Pedro Sánchez, aún perdiendo más de 600.000 votos, sale fortalecido de estas elecciones, lo que le va a servir de plataforma para encarar razonablemente las generales. Los que mandan habrán tomado ya nota.

Podemos se consolida territorialmente y se desarrolla orgánicamente. De nuevo, el juego entre expectativas y realidad acaba pasando factura. Estas eran las elecciones más difíciles para el partido de Pablo Iglesias y las ha pasado con una nota alta. Hay que analizar caso por caso y no confundir las elecciones autonómicas con las municipales, aunque ambas han estado íntimamente relacionadas. En algunos lugares las municipales han tirado de las autonómicas y, en otros casos, las han frenado o incluso las han hecho retroceder. A la inversa también ha ocurrido.

Podemos, en las comunidades autónomas y en decenas de ciudades, va a acumular poder institucional y mucha influencia política; ahora bien, los dilemas a los que se enfrenta no serán pequeños. En diversos lugares tiene escaños suficientes para, junto con el PSOE, echar a la derecha y propiciar una nueva situación política. El otro lado de la contradicción es también evidente: se pacta con el principal competidor electoral y parte decisiva del bipartidismo —más o menos imperfecto— dominante. “Cerco mutuo y guerra de posiciones”, este es el escenario de una batalla política y estratégica donde se juega, ni más ni menos, la enésima restauración borbónica o el cambio real, es decir, la ruptura democrática. También hay que tomar muy en cuenta —no es poca cosa— que el campo de las fuerzas de la transformación real se ha hecho más plural, más heterogéneo, y que forjar la alternativa, no la simple alternancia de los partidos del turno dinástico, será una tarea compleja y llena de dificultades.

Los resultados de Izquierda Unida han sido aún peores de los que auguraban las encuestas. Resultaron patéticos, en la noche electoral, los esfuerzos del coordinador por maquillar los pésimos resultados de las autonómicas oponiéndoles los buenos de las elecciones municipales, sin darse cuenta de que, con ello, se ponía de manifiesto el verdadero problema: IU tiene una excelente organización y carece de (dirección) política. Para decirlo más claramente, cuando se trata de organizar, de montar centenares de listas y presentar candidaturas, los hombres y mujeres de IU se sobran y se bastan, incluyendo las decenas de candidaturas de unidad popular; se podría decir, sin exagerar demasiado, que no necesitan de la dirección; lo saben hacer y punto.

El problema reside en que cuando pasamos a las elecciones autonómicas, la política, la buena política, la dirección adecuada y la táctica justa, cuentan y mucho. Las carencias de la dirección federal —su no política unas veces o sus políticas equivocadas otras— perjudicaron el discurso de las autonomías y sus opciones electorales. Cuando se ha tenido política, esta no ha sido otra cosa que racionalización del repliegue identitario, muchas veces trufado de un discurso anacrónico, que por serlo, siempre apareció postizo y sin alma.

Seguramente, el dato más relevante es el avance de la unidad popular, reflejada ejemplarmente en Madrid y en Barcelona, destacadas expresiones de centenares de candidaturas construidas paciente y tenazmente en todo el país, en condiciones —justo es subrayarlo— duras, a veces, extremadamente duras. Donde estas se han organizado democráticamente, respetando la pluralidad y superando las prepotencias y sectarismos, han funcionado y se convierten en el dato más relevante de nuestra realidad política vista desde abajo y desde la alternativa democrática.

No conviene olvidarlo en esta hora: centenares de militantes y activistas de IU han estado por delante y por detrás de estas candidaturas de unidad popular, la mayoría de las veces contra el criterio de sus direcciones y teniendo que soportar todo tipo de coacciones, amenazas y, al final, expulsiones; sí, hay centenares de afiliados excluidos de la organización en todo el país por defender lo aprobado en la X Asamblea de IU. Ahora, después de las elecciones, Cayo Lara les dice que lo que ha ganado es la convergencia y la unidad popular, es decir, aquello por lo que muchos han sido marginados o excluidos por las distintas direcciones. Una vieja historia; se deja pasar la pelota y no al jugador.

Es hora de volver a Julio Anguita. El fondo del asunto es simple y coherente con su modo de ver la política de este país desde su reflexiva soledad cordobesa: hay que construir la alternativa, para ello hace falta organizar un proyecto autónomo con voluntad de poder; el tiempo apremia y la unidad no tiene espera. Nos lo jugamos todo en poco tiempo y todos debemos hacer los deberes que nos tocan. A Podemos le toca la responsabilidad de estructurar el bloque nacional-popular sabiendo que solo no podrá. A IU le toca “refundarse”, es decir, fundarse de nuevo. No es tan difícil de entender: el proyecto histórico de Izquierda Unida no cabe ya en esta forma-partido que ha devenido en las siglas IU. Llorar lo justo y abrirse a lo nuevo que surge en nuestra sociedad y que ha venido para quedarse.

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MONEDERO: Podemos es la nave nodriza que puede y debe abanderar el cambio en las elecciones generales con una voluntad común y compartida que abra nuevos caminos.

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Nunca la derecha ha aceptado la democracia si no estaban las cartas marcadas. No quieren que miremos debajo de las alfombras que han deshilachado. Pero ese es el compromiso que adquirimos cuando nacimos. Y saben que lo vamos a cumplir. Los vecinos de todas nuestras ciudades tienen derecho a saber si sus gobernantes han vaciado las arcas públicas para llenarse los bolsillos. ¿Cómo no van a tener pánico las Aguirre, Barberá, Cospedal y demás tropa? Las mayorías de nuestras ciudades quieren gobiernos honrados que mejoren la vida de la gente. Que quiten la boina de mugre que dejan los que han protagonizado el bochorno durante todos estos años. Ellos ladran y amenazan. Nosotros, sonreímos.

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Juan Carlos Monedero

Comiendo Tierra

En Podemos hacemos cosas hermosas que no se hacen en otros sitios. Por eso nos visita la alegría que ya no visita a los partidos de la vieja política. Estamos intentando reinventar la democracia y eso exige reclamarle a la política la amabilidad que perdió. Y que deje de dar vergüenza. Mientras, la derecha muestra su cara montaraz y vuelve a hablarnos de tamayazos y de la necesidad de que regrese Tejero. Nunca la derecha ha aceptado la democracia si no estaban las cartas marcadas. No quieren que miremos debajo de las alfombras que han deshilachado. Pero ese es el compromiso que adquirimos cuando nacimos. Y saben que lo vamos a cumplir. Los vecinos de todas nuestras ciudades tienen derecho a saber si sus gobernantes han vaciado las arcas públicas para llenarse los bolsillos. ¿Cómo no van a tener pánico las Aguirre, Barberá, Cospedal y demás tropa? Las mayorías de nuestras ciudades quieren gobiernos honrados que mejoren la vida de la gente. Que quiten la boina de mugre que dejan los que han protagonizado el bochorno durante todos estos años. Ellos ladran y amenazan. Nosotros, sonreímos.

Estamos empezando a caminar con un pueblo que exige no repetir los errores de siempre. Toca hacer gobiernos en las comunidades autónomas, pero no hace falta entrar en ellos cuando los viejos partidos siguen marcando la pauta. Sabemos que los votantes y los militantes del PP no son iguales que los militantes y votantes del PSOE, pero sus dirigentes llevan demasiado tiempo juntos haciendo cosas demasiado parecidas. Una vez conformados los gobiernos, tienen que ser de cambio. Hay que exigir que se gobierne diferente desde el comienzo. Podemos, desde la oposición, tendrá que poner un límite para que se cumplan las exigencias sociales urgentes que precisan nuestros pueblos, de la misma manera que hay que acordar compromisos de regeneración democrática que pasan por cambiar el sistema electoral, darle condición realmente pública a los medios de comunicación públicos y revisar todas las contrataciones realizadas. En los municipios toca reconstruir aquellos  ayuntamientos democráticos de 1979, acompasados a las exigencias de participación política que reclama la ciudadanía. Podemos es la nave nodriza que puede y debe abanderar el cambio en las elecciones generales con una voluntad común y compartida que abra nuevos caminos. Nuestro país confía plenamente en nosotros como herramienta de cambio. Por eso, porque vuelve a haber esperanza, está recuperando el coraje, la fuerza y la sonrisa. Sigamos haciendo política de manera diferente. Y no nos olvidemos de nuestro compromiso de hacer las cosas de otra manera: su odio, eso: nuestra sonrisa.

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En Catalunya, las elecciones al Parlament son el próximo asalto. En Madrid, el Congreso de los Diputados que se prepare. “Esto es una revolución imparable”.

Convertir la mayoría social azotada por la crisis en mayoría política. Sin olvidar que todo proceso de cambio real vendrá de la toma de conciencia colectiva, la autorganización popular y la movilización sostenida. En definitiva, ocupar las instituciones, como antes se habían ocupado las plazas, para ponerlas al servicio de los “nadie”. Y eso es lo que se ha hecho ahora.

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Esther Vivas

Público.es

Ese “sí se puede” que durante meses retumbo en plazas y calles después de una imborrable Primavera Indignada del 2011 llega ahora como un terremoto a las instituciones, algo inimaginable entonces. La victoria de Barcelona en Comú en Barcelona, con Ada Colau al frente, ha hecho saltar por los aires el tablero político.

Si durante largo tiempo tuvimos que oír a tertulianos de distinta índole acusar al 15M de radical, antisistema y “perrofláutico”, diciendo aquello de que “si queréis hacer política formad un partido”, como si la política se limitara a hacer política partidista, sin entender o no querer entender absolutamente nada de lo que significó ese “levantamiento popular” indignado; ahora, las peores pesadillas del establishment se han hecho realidad. El discurso contrahegemónico levantado en aquel momento en múltiples plazas, capaz de dibujar un nuevo imaginario colectivo, que mostró sin rodeos el vínculo entre crisis económica y secuestro político y que conectó, como nunca antes, con una mayoría social golpeada por tres largos años de recortes asalta hoy las instituciones, desbordando los límites de lo posible que nos habían impuesto.

No se trataba, como decían algunos “todólogos”, de uniformizar la heterogeneidad del movimiento en un partido único, y hacer más de lo mismo, sino de levantar nuevos instrumentos políticos, metodologías, confluencias, procesos que permitieran trasladar esa indignación de la calle a las instituciones. Convertir la mayoría social azotada por la crisis en mayoría política. Sin olvidar que todo proceso de cambio real vendrá de la toma de conciencia colectiva, la autorganización popular y la movilización sostenida. En definitiva, ocupar las instituciones, como antes se habían ocupado las plazas, para ponerlas al servicio de los “nadie”. Y eso es lo que se ha hecho ahora.

La eclosión fulgurante de Podemos un año atrás, en mayo del 2014, obteniendo inesperadamente en las elecciones europeas 1,2 millones de votos y 5 eurodiputados, fue el mejor ejemplo. Una hoja de ruta planteada anteriormente, en abril del 2013, por el Procés Constituent en Catalunya, impulsado por la monja benedictina Teresa Forcades y el economista Arcadi Oliveres, apelando a construir desde abajo una nueva mayoría político-social. Una apuesta que Guanyem Barcelona y Ahora Madrid, a pesar esta última de no ganar por la mínima, han materializado como nadie en estas elecciones. Una experiencia que se ha extendido a numerosos municipios y comunidades, con la emergencia de nuevas fuerzas políticas, resultado de la confluencia social, capaces de llegar a los sectores más golpeados, quienes sí se han movilizado y han votado en esta ocasión.

Los resultados de esta contienda electoral rompen los esquemas de la política tal como la conocíamos desde la transición. El tablero ya no es cosa de dos. Y la entrada de los “sin voz”, de los precarios, los desahuciados, los parados…, en definitiva de los “outsiders”, al frente del ayuntamiento de Barcelona demuestra que se puede ganar y que todo es posible. Es el momento de llevar a la práctica esa famosa consigna de “mandar obedeciendo”. Pero, la senda del cambio en mayúsculas no será fácil. La presión del establishment, desde sus lobbies económicos a su maquinaria mediática, no se hará esperar. Las trabas y las descalificaciones, de bien seguro, serán múltiples. La responsabilidad, así como la oportunidad, es enorme.

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«Ciudadanos es la misma derecha que el PP. Ciudadanos es a Dinamarca lo que las putas al Vaticano»

«La Gran Patronal financiera y empresarial está –con la ayuda de los medios de mayor difusión y persuasión que financian- promoviendo Ciudadanos. Que un partido neoliberal como Ciudadanos diga que Dinamarca es su modelo y punto de referencia es semejante a que un sindicato de trabajadoras sexuales escogiera el Vaticano como su modelo de sociedad. El Sr. Rivera miente constantemente. Negó haber sido miembro del PP, hasta  que se demostró que había sido militante de dicho partido. neoliberal  ha sido promocionada por la gran banca y las mayores empresas del IBEX-35.»

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Vicenç Navarro

Público.es

A lo largo de mi vida he vivido en Suecia, Reino Unido y EEUU, y en ninguno de estos países he visto una derecha tan poco democrática y tan escasamente civilizada como la que existe en España. Resultado de una transición inmodélica y desequilibrada, se pasó de una dictadura ultraderechista a una democracia muy incompleta, en la que no hubo una ruptura con el régimen anterior, sino una adaptación del Estado dictatorial a otro con suficientes cambios para que fuera aceptado en la Unión Europea. Las derechas españolas, continuadoras de las derechas pertenecientes al régimen anterior, dominaron el proceso de transición, además de la estructura del Estado y los mayores medios de información y persuasión, financiados estos, en su mayoría, por los mismos grupos financieros y económicos que ejercieron una enorme influencia sobre el Estado dictatorial.

Es suficiente ver el programa de La Sexta Noche para ver el comportamiento de tales derechas, ignorantes de las reglas más elementales de cualquier debate democrático. Personajes de la derecha española, como Eduardo Inda, insultan, interrumpen, manipulan, carecen de educación y buenos modales, y agreden y mienten a mansalva, representando la derecha de este país. Ni siquiera la cadena Fox, la ultraderecha estadounidense, alcanza estos niveles de grosería y manipulación.

De ahí que yo, así como millones de españoles, compartamos un deseo bastante generalizado de que hubiera en este país una nueva derecha civilizada, demócrata, que pudiera sustituir a la anterior. La gran bienvenida de los medios a Ciudadanos parecía reflejar este deseo. Pero, por desgracia, esta nueva derecha es una réplica, casi exacta, de la anterior, con los mismos comportamientos, incluyendo las mentiras y manipulaciones que constantemente aparecen en sus presentaciones. Hay múltiples ejemplos de ello. Veamos algunos.

1.   El Sr. Albert Rivera negó haber sido miembro del PP, hasta  que se demostró que había sido militante de dicho partido. El hecho de que hubiera militado en el PP no era en sí censurable. Lo que sí lo es es que lo intentara ocultar mintiendo en el proceso

2.   En Catalunya, una figura clave del equipo central de este partido, Juan Carlos Girauta Vidal, es un periodista que representaba en las tertulias de TV3 y Catalunya Ràdio el punto de vista de la derecha españolista identificada con el PP. Llenaba la cuota asignada a tal derecha en los mayores medios de información. En un debate en la televisión catalana en el que participé, casi llegó a justificar el golpe militar del General Franco, necesario para interrumpir los supuestos desmanes de la República. Este personaje, de escasas luces, se presentaba, como siempre hace la derecha en España, como una persona de centro. La derecha está tan desacreditada históricamente en este país, que casi nadie se presenta como de derechas.

3.   El Sr. Rivera miente constantemente. Mintió cuando dijo que yo –Vicenç Navarro- (que asesoro al partido Podemos en temas económicos)  había aconsejado que España saliera del euro (ver mi artículo “Las mentiras y falsedades de Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, en ‘la Sexta Columna’”, Público, 14.04.15), lo cual no es cierto. Y también mintió cuando repitió –lo mismo que hace constantemente el PP- que el modelo que sigue Podemos es Venezuela, lo cual también ha sido la acusación hecha por su asesor económico, el Sr. Luis Garicano y, como no, por toda la batería de portavoces del Partido Popular. Es imposible que el Sr. Albert Rivera y el Sr. Luis Garicano, no sepan que están mintiendo. La orientación del programa económico de Podemos (que preparamos el profesor Juan Torres y yo) es típicamente socialdemócrata, mirando más al norte de Europa que a Latinoamérica. Pero ello no es obstáculo para que continúen mintiendo y mintiendo.

4.   Donde puede que no estén mintiendo (aunque no estoy seguro), y por tanto lo que dicen sea resultado de su enorme ignorancia (la derecha española es de las más ignorantes que yo conozco en la Europa Occidental), es cuando señalan que el modelo que Ciudadanos desea alcanzar es Dinamarca. Tengo que admitir que tuve que leer esta declaración dos veces, porque no podía creer que su ignorancia o su cinismo pudieran llegar tan lejos. Dinamarca, junto con Suecia y Noruega, es uno de los países que ha sido gobernado por la socialdemocracia por un periodo más largo de tiempo en la Europa Occidental (44 años desde el fin de la II Guerra Mundial). Y su Estado del Bienestar, así como su empleo público, es de los más extensos que existen hoy en esta Europa. Que un partido que se autodefine como liberal (en realidad, sus propuestas económicas son típicamente neoliberales, proponiendo la continuación de las políticas de recortes de gasto público social y de las reformas laborales que debilitarían todavía más al mundo del trabajo para el beneficio del mundo empresarial) diga que toma como modelo el de la socialdemocracia danesa, que está en las antípodas del neoliberalismo, es más que sorprendente. Que un partido neoliberal como Ciudadanos diga que Dinamarca es su modelo y punto de referencia es semejante a que un sindicato de trabajadoras sexuales escogiera el Vaticano como su modelo de sociedad.

5.   Ciudadanos miente también cuando señala que no tiene ninguna relación con el IBEX-35. Su economista de referencia, el Sr. Luis Garicano, fue uno de los fundadores del blog ultraliberal Nada es Gratis, financiado por las mayores empresas del IBEX-35 durante muchos años. Su filosofía neoliberal está basada en este pensamiento que ha sido promocionado por la gran banca y las mayores empresas del IBEX-35.

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Vicenç Navarro: Por qué apoyo a Podemos.Las propuestas de Podemos empoderarían enormemente a las clases populares, permitiéndoles exigir más y más, lo que permitiría una democratización profunda de todas las esferas de la sociedad.

Lo que hoy España necesita es que la población se empodere para poder alcanzar el bienestar que se merece. Ello requiere una cultura contestataria, profundamente democrática y solidaria en su vocación, que Podemos ha iniciado, y que ha radicalizado la vida política del país. Esta es, pues, la razón por la cual yo apoyaré este domingo a Podemos.

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Vicenç Navarro

Público.es

 

Este domingo habrá elecciones a lo largo del territorio español, las cuales pueden tener un gran impacto en el bienestar y calidad de vida de la ciudadanía, y muy en especial de las clases populares de este país. Podría ser el inicio de un cambio profundo que la enormemente limitada democracia española necesita urgentemente. De ahí que el lector me permitirá que escriba una nota personal para explicar por qué me siento en la necesidad de escribir este artículo y de explicitar mi apoyo a una formación política.

Procedo de una familia republicana, represaliada por la dictadura, habiendo participado en la resistencia antifascista, primero dentro y, más tarde, fuera de España, cuando inicié mi exilio en 1962, que terminó al integrarme de nuevo en la vida académica de este país, tras trabajar en Suecia, Reino Unido y EEUU. Una de las impresiones más negativas que saqué cuando volví del exilio fue la percepción generalizada, promovida por el establishment político-mediático del país, de que el Estado español había vivido una Transición, presentada como modélica, de una dictadura ultraderechista a una democracia que se consideraba homologable a cualquier otra democracia europea. Escribí un libro, Bienestar insuficiente, democracia incompleta. De lo que no se habla en nuestro país, en el que critiqué esta versión idealizada de la Transición, libro que originó una gran animosidad por parte de los diseñadores de la sabiduría convencional del país, reproducida en los grandes medios de información y persuasión, principales promotores de la supuesta ejemplaridad de la Transición. Tal libro causó la pérdida de la amistad de algunos protagonistas de la Transición (que conocía del tiempo de la clandestinidad), que se sintieron molestos, lo cual lamenté profundamente.

En realidad, mi crítica no era, en aquel momento, hacia cómo se había hecho la Transición, pues era probable que no hubiera habido otra manera de hacerla. Pero lo que criticaba era la definición que habían hecho de aquel proceso, presentándolo como modélico, cuando era obvio que no lo había sido, puesto que era resultado de un proceso enormemente desequilibrado, en el que en un lado estaban las derechas, controlando todos los aparatos del Estado y los mayores medios de información, y en el otro lado las izquierdas, que habían liderado las fuerzas democráticas y que acababan de salir de la clandestinidad, o de la cárcel o de volver del exilio. Es imposible que el producto de dicho desequilibro fuera un proceso modélico, que determinara un producto ejemplar. En mi libro documenté las enormes limitaciones de la democracia española, y las grandes insuficiencias de su Estado del Bienestar, uno de los más retrasados de Europa, todo ello resultado del enorme dominio de las derechas en el proceso de Transición.

Ni que decir tiene que ocurrieron cambios sustanciales en la época democrática (estimulados primordialmente por las izquierdas gobernantes), sobre todo en las áreas sociales. Pero, sin minusvalorar su importancia, todos ellos tuvieron lugar dentro de un Estado controlado primordialmente por las derechas, que se abrió para integrar a la socialdemocracia española, afianzando un bipartidismo gracias a una ley electoral muy sesgada en contra de las izquierdas no gobernantes. El carácter escasamente democrático de este Estado bipartidista, altamente influenciado por intereses financieros y económicos, ha aparecido con plena claridad en el momento de mayor crisis financiera y económica que este país haya visto desde hace cuarenta años, crisis que ha mostrado con toda crudeza los mayores defectos del sistema democrático resultado de la Transición inmodélica, muy bien definidos por el mayor movimiento pro democracia que España haya tenido en los últimos años. Me estoy refiriendo al movimiento 15-M. Sus eslóganes “no nos representan”, “lo llaman democracia pero no lo es” o “no hay pan para tanto chorizo” llegaron a ser altamente populares, y muy en especial entre las clases populares. Saludé con gran alegría el surgimiento de dicho movimiento y me honra el haber colaborado activamente con él.

La gran esperanza creada por el 15-M

La dureza de las políticas públicas de austeridad llevadas a cabo por el establishment político (y promovidas por el establishment mediático), instrumentalizado por los establishments financieros y económicos, era justificada bajo el argumento de que no había otras políticas alternativas posibles. Este mensaje se repetía machaconamente en los medios mil veces al día. Pero sí que había alternativas. Juan Torres (y su discípulo Alberto Garzón) y yo, escribimos el libro Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, mostrando con datos que sí que había alternativas. El Sr. Zapatero habría conseguido más dinero manteniendo el impuesto de patrimonio (2.100 millones de euros) o revirtiendo las rebajas del impuesto de sucesiones (2.552 millones), que congelando las pensiones (1.200 millones), como hizo. Y más tarde, el Sr. Rajoy habría conseguido casi el mismo dinero (5.300 millones de euros) revirtiendo la bajada del impuesto de sociedades de las grandes empresas que facturan más de 150 millones de euros al año (que representan el 0,12% de todas las empresas) que recortando 6.000 millones de la sanidad pública española.

Me alegró enormemente ver que el 15-M cogió nuestro libro como su punto de referencia, mostrándolo en sus manifestaciones. Tengo en mi despacho enmarcada una fotografía que apareció en El País en la que aparecen manifestantes del 15-M en la Puerta del Sol en Madrid enarbolando nuestro libro Hay alternativas. Fue el 15-M el que claramente mostró en España la farsa de que no había alternativas. Las políticas del Estado reflejaban la influencia ejercida sobre él por los grupos más poderosos del país. De ahí la necesidad de que se pasara de las protestas a las propuestas, exigiendo la democratización del escasamente democrático Estado español. La demanda de una democracia real era y continúa siendo revolucionaria y profundamente subversiva, amenazante para un estamento que se perpetúa en el poder argumentando que están allí arriba, gozando de sus privilegios, como resultado de un proceso supuestamente democrático. Mostrar la falsedad de tales premisas era profundamente amenazante. Y la respuesta unánime del establishment financiero, económico y de su estamento político-mediático fue la de una enorme hostilidad y represión.

Ello se ha acentuado todavía más con la aparición de un movimiento político de claro rechazo hacia este establishment (definido como casta), que ha sido canalizado por un nuevo partido, Podemos. Este movimiento de rechazo, no es solo hacia las políticas de austeridad, sino también hacia este Estado, fruto de la Transición inmodélica, rechazo consecuencia de su limitadísima democracia. Este rechazo alarmó al establishment financiero, económico, político y mediático del país, alcanzando su máxima hostilidad al aparecer propuestas que claramente amenazaban la reproducción de su poder. El hecho de que en poco más de un año este movimiento haya alcanzado la extensión y profundidad que tiene ahora es un ejemplo de este enorme rechazo popular, el cual se canaliza, de momento, a través del partido Podemos. Es de desear que tal partido esté a la altura del momento histórico que vivimos. Que haya otras fuerzas políticas –como IU- que hayan realizado una labor muy positiva, es de justicia señalarlo y aplaudirlo, y deseo con toda intensidad que crezcan y se sumen a este movimiento general que IU tanto ha hecho para generar su aparición.

Pero es obvio que el partido que hoy canaliza mayor hostilidad por parte de la estructura de poder es Podemos. Como bien indicó el banquero de España, el Sr. Botín, veía a Podemos como un peligro para su España. El nivel de agresividad ha sido y continúa siendo enorme. He vivido en muchos países y nunca había visto tanta agresividad contra un partido político. Hoy, Podemos es percibido no como el adversario, sino como el enemigo número uno de los establishments financieros, económicos, políticos y mediáticos, al cual hay que destruir, sin ningún freno para alcanzar este objetivo. He sufrido en carne propia tal hostilidad. Presentándoseme como el gurú económico de Podemos (junto con el Profesor Juan Torres), he recibido una enorme agresividad sin paralelo en los otros países donde he vivido y asesorado a partidos progresistas. En esta hostilidad, todas las derechas en España, incluyendo Catalunya, han manipulado y mentido a diestro y siniestro, indicando que Podemos quiere traer a España el modelo venezolano. PP, Ciudadanos, CDC y Unió Democrática, todos ellos repiten diariamente que Podemos traerá la revolución venezolana al país, sabiendo que están mintiendo, pues cualquier observador mínimamente objetivo puede ver que las propuestas que tal partido ha estado haciendo son de clara sensibilidad socialdemócrata, iguales que las que hacían los partidos que se autodefinen como tales, antes de que se convirtieran al liberalismo.

 ¿Dónde está la moderación?

Esta es una nueva crítica (un tanto sorprendente, pues de ser cierto, el establishment económico-político debería celebrarlo, cuando parece ser todo lo contrario) facilitada por declaraciones malinterpretadas de algunos de sus dirigentes. Tal acusación es que Podemos se está moderando, lo cual parecería indicar que antes eran muy radicales y ahora lo son menos. Veamos, pues, este antes y después.

El primer programa económico que Podemos distribuyó fue el escrito por el Profesor Juan Torres y yo, titulado Democratizar la economía para salir de la crisis mejorando la equidad, el bienestar y la calidad de vida. Una propuesta de debate para solucionar los problemas de la economía española, distribuido por Podemos bajo el título “Un proyecto económico para la gente”. En él, el profesor Juan Torres y yo sugeríamos las líneas generales de una estrategia económica de cambio, con muchas propuestas, documento que inició un debate dentro de Podemos. El segundo documento económico presentado por Podemos es el preparado para las elecciones municipales y autonómicas, cuyas recomendaciones encajan perfectamente con aquel documento anterior. ¿Dónde está la moderación? No son ni más radicales ni más moderadas. Son, ni más ni menos, que el sentido común aplicado al desarrollo de políticas progresistas que conjuguen equidad con eficiencia económica. Sus propuestas se han aplicado exitosamente en otros países. Que se consideren “extremistas” por la derecha española habla más del profundo conservadurismo de las derechas y del nuevo “modernizado” socialismo, que de Podemos.

Si, por otra parte, moderación se entiende que ha ocurrido en el cambio de su programa en las elecciones europeas, en comparación con el desarrollado para las elecciones españolas, se olvida maliciosamente que unas propuestas para Europa pueden ser distintas –ni más radicales, ni más moderadas- que las propuestas para España. España está mucho más retrasada que el promedio de la UE, y, por lo tanto, las propuestas para España pueden ser diferentes que si se hacen para Europa. ¿Dónde está, de nuevo, la moderación? Las propuestas de Podemos son reformistas, y en su desarrollo empoderarían enormemente a las clases populares, permitiéndoles exigir más y más, lo que permitiría una democratización profunda de todas las esferas de la sociedad, incluyendo las económicas.

Soy consciente de la crítica procedente de fuerzas que se autodefinen como revolucionarias, las cuales, estancadas en su visión de que el cambio ocurrirá con la toma del Palacio de Invierno el año A, día D, hora H, no se dan cuenta de que el proyecto de alcanzar una sociedad en la que “a cada uno según su necesidad, de cada uno según su habilidad” se construye o destruye cada día, empoderando o debilitando a las clases populares en su camino hacia una sociedad más justa y más democrática.

Desdeñar el Estado del Bienestar como una trampa para coaptar a la clase trabajadora y/o humanizar al capitalismo (u otras frivolidades por el estilo), ignora que cada conquista social ha sido resultado de una enorme lucha, con sangre, sudor y lágrimas, para ir acumulando derechos que refuerzan a esas clases populares. En realidad, las políticas neoliberales tienen como objetivo debilitar a las clases populares, diluyendo, cuando no eliminando, tales conquistas sociales. En muchas ocasiones el discurso fundamentalista está haciendo el juego al mundo de la gran patronal. Lo que hoy España necesita es que la población se empodere para poder alcanzar el bienestar que se merece.

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MONEDERO: «Podemos nació para que dejáramos de delegar la política. Votar es esencial. Y eso les llena de miedo.»

cuanto más nos atacan e insultan, señal de que mejor vamos. Ellos, los de la casta, lo saben y por eso arrecian las agresiones. Que no se nos olvide. Nuestra mejor arma es que el poder sepa que nosotros también lo sabemos. Cuando nos asustamos nos barren.

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Juan Carlos Monedero

Los ataques recibidos por Podemos siempre han estado a la altura de la preocupación que hemos creado. Las baterías vuelven a dirigirse contra nosotros a una semana del final de la campaña: señal de que la impaciencia les crece. Esta es la encuesta en la que siempre he creído: cuanto más nos atacan e insultan, señal de que mejor vamos. Ellos, los de la casta, lo saben y por eso arrecian las agresiones. Que no se nos olvide. Nuestra mejor arma es que el poder sepa que nosotros también lo sabemos. Cuando nos asustamos nos barren.

Ahora que ya no somos tan de ETA ni tan bolivarianos ni tan incendiarios, nos dicen que nos inunda el desencuentro. Que somos como ellos. Que nuestra amistad bebe de las mismas fuentes que las suyas. Algo tenían que decir. Ignoran que hay pactos que no se sellan con palabras, sino con ejemplos. Podemos nació debatiendo y no vamos a dejar de hacerlo.  Es difícil imaginar que dirigentes de cualquier partido en España hagan un debate político como los que conduce Pablo Iglesias en Otra vuelta de Tuerka. ¿Alguien se imagina un debate así entre Rajoy y Floriano, entre Pedro Sánchez y Susana Díaz, entre Albert Rivera y Arrimadas? ¿Alguien recuerda que miembros de cualquier partido debatan públicamente como hemos hecho Íñigo, Carolina, Luis, Pablo o yo mismo en la Tuerka semana tras semana? Siempre supimos que la suerte de Podemos pasaba por empoderar a nuestro pueblo. Y eso se hace con ideas. Y las ideas se alimentan del debate. Y el debate lo hemos peleado en las calles. Hace cuatro años del 15M.

El poder siempre usa sus diferentes armas, que son muchas. Nunca construyen bombas que no terminen lanzando. Los jefes de los arsenales son hoy también los jefes de casi todo lo demás. Nunca les faltan espacios para probar sus artefactos. Si uno no les funciona, sacan otro. Llevan así toda la vida. Lo hemos visto en vivo y en directo en América Latina. No solo tiran sus bombas, sino que luego justifican los destrozos. Una vez desolada la ciudad vienen con el botiquín, un par de tiritas y algo de yodo. Y con la prensa oficial. La Inquisición construye hoy sus autos de fe a través de grandes titulares. A una semana de las elecciones del fin del bipartidismo, toca lanzar  granadas de fragmentación. Sembrar discordia. No aflojemos. Llegamos aquí con la alegría de un gran reto: cambiar este país. Nadie dijo que fuera a ser sencillo. Apretemos el pulso. Recordad el miedo y la resignación que tenía nuestro país hace un año. Recordad esa promesa que nos hizo el 15M hace cuatro años de hacer posible lo imposible. Hemos hecho lo más difícil. Cuando vean que esto ya no es un juego de dos jugadores adictos al tongo, la ciudadanía tendrá que asumir muchas tareas. Podemos no es otra cosa que tu responsabilidad.

Los poderosos sólo juegan a la democracia si las cartas están marcadas. Por eso el único proyecto que tenían era Eurovegas. Podemos ha venido para exigir una baraja nueva, que los tahures saquen los ases que esconden en la manga, que los jugadores veteranos y sus pupilos aseaditos sinceren el pacto que tienen entre sí de ganar una mano cada uno. Podemos ha venido para que los dueños de toda la ciudad quiten ese cartel que dice “la banca siempre gana”, para que los que han sido pillados haciendo trampas no puedan volver a sentarse en la mesa, para que dejen de representar enemistad cuando se sabe que son trileros conchabados para volver a engañar a los incautos. Podemos ha venido a levantar el tapete, abrir las ventanas y disipar el humo. Las amenazas con patear del tablero de los rateros y cortabolsas de lo público ya no dan miedo. Son ellos los asustados: el miedo, ya lo vimos en las elecciones europeas, está cambiando de bando. También la alegría.

Conocéis el escenario que nos dejan: paro, precariedad, pérdida de derechos, exilio económico, autoritarismo, integrismo contra las mujeres, entrega de nuestro país a potencias extranjeras, vuelta al privilegio educativo, corrupción, impunidad… El Partido Popular, con el inexplicable apoyo del PSOE, está intentando cambiar el contrato social en España. Ese que firmaron nuestros mayores: paz social a cambio de ascenso social. Los del bipartidismo lo han roto. Hace unos años ser mileurista era un insulto. Hoy es un sueño. Tenemos que conformarnos con las migajas que caen de la mesa de los ricos y sus mayordomos. Que no se nos gaste la indignación. Aprendimos a no creernos sus mentiras. Volvamos a recordarles que son unos mentirosos.

Susana Díaz adelantó las elecciones para posicionarse de manera favorable en la pelea de su partido e intentar limitar el ascenso de Podemos (después de los ERE vendría Aznalcóllar). Su error y su arrogancia, creen en el PSOE,  los tienen que sufragar todos los andaluces. En la política española, nadie se atreve a pagar los platos rotos. No hay solución que no pase por atrevernos a decir basta. En un país decente, Esperanza Aguirre no podría presentarse a las elecciones. En ningún caso, esta señora, rodeada de corruptos, que ha elegido a políticos corruptos, que ha construido un gobierno de corruptos, que ha alabado y ha sido alabada por corruptos, que come en la mesa con corruptos, saldría indemne de una sola rueda de prensa. Podemos nació para poner freno a tantan inmundicia. Ciudadanos, para envolverla en papel de celofán. Por eso es un fraude apoyado por banqueros y empresarios del Ibex35. Podemos es tu indignación convertida en una herramienta política.

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VICENÇ NAVARRO: Manipulaciones y mentiras que se están publicando sobre el programa económico de Podemos.

La intención de nuestro documento era iniciar un debate, lo cual no ha ocurrido en Ciudadanos, donde el programa económico ha sido generado por un número limitadísimo de economistas sin ningún debate en su formación. En cambio, en Podemos, nosotros éramos conscientes de que se iniciaba un proceso en el cual algunas propuestas que hacíamos variarían y/o cambiarían. Nos alegra constatar que no ha sido así en la mayoría de ellas y lo atribuimos a que, sea cual sea la orientación de un gobierno progresista, las líneas generales serían bastante parecidas.

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Vicenç Navarro

Público.es

Este artículo contesta a muchas de las manipulaciones y mentiras que se están publicando en los mayores medios de información y persuasión de este país sobre el programa económico de Podemos.

El año pasado el Profesor Juan Torres, Catedrático de Economía de la Universidad de Sevilla, y yo, que había sido Catedrático de Economía de la Universidad de Barcelona en su día, y ahora lo soy de Ciencias Políticas y Políticas Públicas en la Universidad Pompeu Fabra, fuimos contactados por la dirección del nuevo partido Podemos a fin de que les preparáramos un documento que estableciera las líneas estratégicas que deberían orientar a un gobierno progresista en el desarrollo de su programa económico en varias legislaturas en España.

El hecho de que nos contactaran es fácil de ver. El profesor Juan Torres y yo, junto con uno de los que habían sido sus discípulos más destacados, Alberto Garzón, habíamos escrito un libro, Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, tres años antes, en el que mostramos que la justificación que el gobierno español estaba dando para defender sus políticas de austeridad no era creíble. Presentamos datos empíricos señalando, por ejemplo, cómo el gobierno del PSOE, presidido por el Sr. Zapatero, podría haber conseguido más dinero público revirtiendo la bajada de los impuestos de patrimonio o de sucesiones (que había aprobado) que congelando las pensiones. Este libro, que en un principio iba a publicar la casa editorial Aguilar, una de las mayores del país, fue publicado por una editorial muy pequeña, Sequitur, a la cual tuvimos que recurrir a toda prisa cuando Aguilar retiró su oferta debido a nuestra negativa a eliminar de nuestro libro elementos críticos con la banca privada española, en un momento en el que, por lo visto, dicha casa editorial estaba renegociando su deuda con la banca.

Nuestra agradable sorpresa fue que, a pesar de ser la editorial poco conocida, el libro se distribuyó extensamente, pasando a ser uno de los libros más vendidos en España en la sección de economía. Y nuestra mayor gratificación fue que, como consta en una fotografía que apareció en los medios, el movimiento 15-M lo llevaba en sus manifestaciones en la Plaza del Sol, mostrándolo a los medios que cubrían sus manifestaciones, denunciando que se estaba dañando el bienestar de las clases populares del país con el argumento de que no había alternativas. Nuestro libro mostraba claramente que sí que las había. De hecho, la certeza y utilidad del libro se han acentuado todavía más durante el periodo de gobierno del Partido Popular, donde las políticas de austeridad se han incrementado.

Era lógico que un movimiento político-social como Podemos, cuyas raíces están en parte en el movimiento 15-M, nos pidiera más tarde al Profesor Torres y a mí que les ayudáramos a preparar las líneas generales de sus programas económicos (es decir, hacia donde deberían orientarse), con un objetivo de transformación profunda (factible pero ambiciosa) de las estructuras económicas y sociales del país. No era, y tampoco se nos había pedido, el programa económico del gobierno Podemos para su primera legislatura, programa económico que se desarrollaría más tarde, tras un proceso de reflexión y debate interno dentro de tal formación política iniciado y estimulado por nuestro documento, que Podemos retituló como Un proyecto económico para la gente. El profesor Torres y yo éramos muy conscientes de que este partido era una formación política nueva que intentaba crear otra cultura de partido, basada en la amplia consulta y participación de sus miembros. El propósito de nuestro documento era ayudar a que se iniciara dicho debate.

El documento era una crítica a la sabiduría convencional reproducida en los mayores medios de información del país, muy influenciados por la estructura de poder

Ni que decir tiene que el documento incluyó muchas propuestas de por donde debía ir un nuevo gobierno progresista, que chocaban con la sabiduría convencional del país y con las políticas de austeridad que se estaban imponiendo por parte de los distintos gobiernos, a pesar de carecer de un mandato popular, pues ninguna de tales políticas estaba en la oferta electoral de los partidos gobernantes.

Nuestras propuestas significaban, en muchas ocasiones, un giro de casi 180º sobre lo que se estaba haciendo. Y ello se debía a que nuestra lectura de las causas de la Gran Recesión era muy distinta a la que se reproducía en los fórums donde dicha sabiduría convencional se cocina y se promueve. La crisis no era, como esta decía, consecuencia de un gasto público excesivo (“nos gastamos más de lo que poseemos”), sino que era consecuencia precisamente de las políticas neoliberales que se habían estado aplicando y que habían creado un enorme crecimiento de las desigualdades, con un notable descenso de las rentas del trabajo (creando un enorme problema de demanda) y un gran incremento de las rentas del capital (y muy en especial de las del capital financiero, crecimiento que se había basado en un gran endeudamiento de la población y en un aumento de la inversión especulativa, origen de las burbujas que explotaron, iniciando la Gran Recesión).

De este análisis se derivaban la mayoría de las líneas estratégicas sugeridas en el documento, que tenían como objetivo conjugar el bienestar de la población con la eficiencia económica, redistribuyendo la riqueza, reduciendo las desigualdades, optimizando la equidad como condición para aumentar dicha eficiencia, y subrayando la importancia de democratizar toda la sociedad en todas sus dimensiones, incluyendo la económica. Un gran número de propuestas encajaban con la tradición socialdemócrata, que había alcanzado su máxima expresión en aquellos países donde los partidos socialdemócratas, en alianza con otros partidos progresistas, habían gobernado más tiempo, a saber, los países nórdicos. Era lamentable que los partidos que se llamaban a sí mismos socialdemócratas hubieran abandonado esas políticas, reciclándose como socioliberales.

La respuesta de la gran mayoría de los medios

Como era predecible, la respuesta fue de una enorme hostilidad, tanto en el establishment político-mediático español como en el europeo. El Presidente del Bundesbank llegó incluso a indicar que tales propuestas destruirían Europa. No fue así, sin embargo, en fórums más rigurosos. En el Financial Times, uno de sus associate editors (Wolfgang Münchau) indicó que, en líneas generales, lo que proponíamos era lo que España necesitaba. En España, predeciblemente, los medios que expresaron mayor hostilidad fueron los diarios y revistas económicos, y fundaciones como Fedea, financiados por la banca y/o grandes empresas del IBEX-35.

El contraste con la manera como los medios han presentado las propuestas económicas del partido liberal (en realidad, neoliberal) Ciudadanos, cuyo principal asesor económico fue precisamente uno de los fundadores del blog Nada es Gratis (hasta hace un año vinculado a Fedea), es abrumador y refleja el sesgo conservador y neoliberal tan marcado de los mayores medios de difusión. Los dirigentes de este partido saben que mienten descaradamente cuando acusan a Podemos de proponer la revolución bolivariana (como en Venezuela), presentándose ellos mismos como defensores del modelo escandinavo (como el de Dinamarca), lo cual, a la luz de sus propuestas neoliberales, alcanza niveles de inverosimilitud. Dinamarca es uno de los países con mayor desarrollo del Estado del Bienestar y con un mayor número de personas ocupadas en los servicios públicos del Estado del Bienestar, situación que sería imposible de alcanzar con las medidas propuestas por Ciudadanos, cuyas reformas del mercado laboral reducirían todavía más el nivel salarial, acentuando además la destrucción de puestos de trabajo.

Los ataques al documento y/o a Podemos: su supuesta moderación y/o radicalización

El documento de Juan Torres y mío ha sido debatido y discutido a todos los niveles de Podemos, y según nos consta, la gran mayoría de propuestas desarrolladas por tal partido encajan y están desarrolladas dentro del marco que nosotros propusimos. Y así lo han comunicado sus dirigentes y los coordinadores del programa económico. Un gran número de medios, sin embargo, han intentado crear la opinión de que Podemos se ha radicalizado, y otros de que se ha moderado. Los medios próximos al PSOE han sido los que han enfatizado el argumento de que Podemos se ha radicalizado. Un ejemplo es el artículo “Podemos contra Podemos”, de la revista El Siglo, en el que, en una de sus secciones, “El ‘borrador Navarro y Torres’, en el cajón”, se indica que el documento ha sido ignorado como consecuencia de una supuesta radicalización de Podemos. Como ejemplo, señala que Podemos ha cambiado nuestra propuesta de bajar la edad de jubilación de los 67 a los 65 años, bajándola más, a los 60, lo cual no es cierto, como ha confirmado el encargado de desarrollar el programa, el Sr. Nacho Álvarez.

Desde el otro polo mediático, las críticas han sido hacia el otro lado, indicando que Podemos se ha moderado, mostrando como ejemplo el abandono de la renta básica universal, asumiendo que dicha medida es más radical que las propuestas que nosotros hicimos y que continúan siendo debatidas, de resolver la pobreza y la desigualdad a través de otras medidas que han sido más eficaces en su reducción que las propuestas de la renta básica universal, que, por cierto, no se han aplicado en ningún otro país.

Una última observación. La intención de nuestro documento era iniciar un debate, lo cual no ha ocurrido en Ciudadanos, donde el programa económico ha sido generado por un número limitadísimo de economistas sin ningún debate en su formación. En cambio, en Podemos, nosotros éramos conscientes de que se iniciaba un proceso en el cual algunas propuestas que hacíamos variarían y/o cambiarían. Nos alegra constatar que no ha sido así en la mayoría de ellas y lo atribuimos a que, sea cual sea la orientación de un gobierno progresista, las líneas generales serían bastante parecidas.

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Monereo: “Para los que defendemos una estrategia de unidad popular, Podemos sigue siendo un elemento fundamental”

 

Como ha venido insistiendo Julio Anguita, Podemos ha abierto una grieta que, entre todos, debemos convertirla en una brecha que rompa los muros del poder. Lo básico es que Podemos crezca y se desarrolle, que crezca y se desarrolle IU, así como las demás izquierdas. Todos juntos somos aún insuficientes para constituirnos en poder constituyente y desde ahí alumbrar un nuevo régimen basado en la igualdad, la libertad y la justicia. Necesitamos todas nuestras fuerzas, toda nuestra capacidad de unidad para vencer. La disyuntiva sigue siendo la de la fase histórica, restauración o ruptura. Debemos y podemos. La unidad no tiene alternativa.

MANOLO MONEREO

Cuarto Poder

El país estaba cambiando mucho y rápidamente. La clase política a lo suyo, mantenerse y reproducirse. Algunos lo vieron, otros lo intentaron convertir en política sin demasiado éxito. Un grupo de jóvenes audaces y con mucho valor, con experiencia política de alto nivel, llegaron a la conclusión de que era el momento para lanzarse a la arena política y jugársela. En política no basta conocer, no basta formular, hay que decidirse. Ellos decidieron y así surgió Podemos.

Se ha dicho muchas veces: fue un terremoto que desencadenó un tsunami. El campo de la política cambió y de una u otra forma, todas las fuerzas políticas se vieron afectadas y tuvieron que cambiar sus respectivas agendas. Parafraseando una vieja metáfora militar a la que tanto nos acostumbró Antonio Gramsci (recientemente la ha usado Pablo Iglesias), la dirección de Podemos se lanzó a una guerra de maniobra que rápidamente se convirtió en una guerra relámpago. Hubo quien vio ya a Moscú en el horizonte. Pasada la sorpresa, el poder, los poderes, reaccionaron al modo de los generales rusos, dejar que Podemos avanzase resistiendo ordenadamente para oponerles finalmente un fuerte muro defensivo y pasar resueltamente al contraataque. La contraofensiva hace tiempo que comenzó, ahora estamos viendo sus consecuencias.

El ‘tratamiento’ político dado a Podemos explica muy bien qué tipo de poder existe en nuestras sociedades y el modo en que este se organiza y actúa. Rápidamente, pasada la sorpresa inicial, las cloacas del Estado empezaron a funcionar a tope. Se habla mucho de la influencia latinoamericana en Podemos. La paradoja es que la ofensiva contra el partido de Pablo Iglesias se hizo al modo latinoamericano: la ferocidad, la doblez sin límites y la mentira conscientemente creada por los medios, es decir, las mismas tácticas que se usaron contra Chávez, contra Evo, contra Correa, contra Humala, contra Lula. La ‘trama’ funcionaba en su plenitud: servicios secretos, fundaciones, periodistas “bien informados” y todo un aparato de comunicación que, poco a poco, fue ahogando a los actores más independientes. Como ejemplo, analicemos medio a medio, periódico a periódico, cadena de televisión a cadena de televisión, para ver las “manos visibles” de poder financiero y político al asalto de unos medios en la ruina y adictos a ‘ayudas’ de todo tipo.

Cuando se habla de crisis del régimen se suele asociar a una especie de parálisis, de hundimiento, de pasividad. No es así. Crisis significa lucha, conflicto. En el centro, el poder. Unos para mantenerlo aunque sea reformándose, otros para derribarlo o transformarlo. Es una lucha entre sujetos sociales y políticos, entre percepciones construidas socialmente y movilizaciones en la calle. Los horizontes de sentido de las personas se modifican rápidamente y se abren ventanas de oportunidad. Esto es lo que significa la crisis, pero hay, esto nunca se debe olvidar, una enorme desigualdad de poder y este es, sobre todo, el poder del Estado, es decir, condensación de la fuerza y unidad de decisión.

La estrategia anti-Podemos no ha sido solo el insulto, la fabricación mediática de casos o la mentira soez. Han habido otras tácticas más sutiles, más de fondo, realizadas, principalmente, del lado del área del PSOE. Me refiero a eso que podríamos llamar la respetabilidad como fundamento del hacer política aquí y ahora. Fue una de las herencias más negativas de la Transición, lo que se llamó la cultura del consenso. Se pretendió, y se consiguió durante años, excluir el conflicto del discurso oficializado; cualquier divergencia de fondo era rechazada y situada en los márgenes oscuros de lo antisistémico. La IU de Julio Anguita fue el ejemplo más evidente de lo que se acaba de decir.

La respetabilidad tenía que ver con este consenso básico. Los poderes, los medios de comunicación centralmente, forzaban a las fuerzas políticas, a los dirigentes, hacia una respetabilidad basada en la aceptación de los consensos fundamentales, en sus formas y en sus fondos. Castigaron y siguen castigando durísimamente a quienes no lo hacen, y premian generosamente a los que se someten. Esto ha pasado con Podemos. Los medios han usado el palo y la zanahoria, es decir, el ataque brutal combinado con una salida hacia la respetabilidad. El resultado ha sido mellar el discurso de Podemos, desdibujarlo, a la vez que demolían sin piedad a su equipo dirigente. Es una guerra de verdad.

La creación de Ciudadanos como fuerza estatal ha sido parte de una estrategia global a largo plazo. El asunto no es fácil; fortalecer a Ciudadanos tiene como consecuencia inmediata un debilitamiento del PP y la liquidación de UPyD. Esto señala un conflicto de los poderes económicos y mediáticos con el gobierno de Rajoy. Que el PP acepte tener que compartir el poder con un partido como Ciudadanos no será fácil. Lo que consiguen los que mandan de verdad es enorme: frenan por la derecha a Podemos, neutralizan a un PP en decadencia, dan nuevos aires al PSOE y ponen en el centro de su operativo a Ciudadanos, una fuerza política capaz de impulsar una nueva revolución neoliberal en España. Todo ello en nombre de la lucha contra la corrupción, contra la vieja política y en favor de la Unión Europea, del euro y de la agrietada modernidad.

Podemos, como fuerza política, se encuentra ante una disyuntiva nada fácil. Corre el peligro de ser fagocitada por las fuerzas que ella misma desencadenó. Está siendo sometida a una durísima guerra de posiciones, enfangada en las casamatas, duramente acosada, combate para el que no estaba preparada (¿Quién lo está?), se ve obligada a construirse como organización en el cerco, en la lucha, en el conflicto. Mucho me temo que los que mandan han llegado a la conclusión de que ya es el momento de aplastar el potencial de rebeldía, ilusiones y esperanzas que Podemos desencadenó. Creo que se equivocan y que Podemos ha venido para quedarse. Simplemente, la vida les obliga a repensarse de nuevo, a adaptarse a una coyuntura política que se ha movido radicalmente, que se ha modificado, en gran parte, por la propia existencia de Podemos.

Como el viejo comunista sardo sabía muy bien, una estrategia de posiciones y de cerco mutuo exige mucha energía, hegemonía concentrada, un gran tesón y aguante, mucho aguante. Primero, se necesita una dirección cohesionada que sepa a dónde ir y cómo ir; con un liderazgo claro que dé seguridad y que señale el camino. Segundo, discurso preciso, diferenciado, que convierta lo que la gente ya sabe en política, en programa, en el centro, un nuevo proyecto de país. Tercero, una campaña que haga organización, que genere alegría, entusiasmo, esperanza, sueños posibles… Cuarto, convencer emocionando, razón y pasión; pasión razonada pues.

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Debate Julio Anguita y Juan Carlos Monedero.

Si el pueblo no reacciona, vendrán los mismos perros con distintos collares. No pueden irse otra vez de rositas. Es hora de recordar que en democracia el pueblo es el que manda. Pásalo.

Juan Carlos Monedero

Comiendo tierra

Una mano inclina el cogote de Rodrigo Rato para que entre en un coche policial. Se desvanece, en un instante, una época. La del milagro económico. La del argumentario contra lo público. La de la criminalización de los sindicalistas críticos y el desprecio a los trabajadores. La del éxito de lo privado, la liberalización del suelo, el azul del PP hasta en los telediarios, el ladrillo, el cemento y las tuneladoras, la era de Rouco, los telediarios mercenarios, José Luis Moreno y José María Fidalgo, el desparpajo de la cazadora de talentos ladrones Aguirre, la de las privatizaciones felices de la sanidad y la educación, la de los españoles mirando en los cubos de basura mientras Ana Botella les multaba e invitaba al mundo a un relaxing cup of café con leche. La del saqueo de las cajas de ahorro, la de la universidad entregada a Bolonia y devuelta a los ricos.  La era de Aznar y la Gürtel, de Esperanza Aguirre y la Gürtel, de Cristina Cifuentes y la Gürtel. Maldita Venezuela que no lo tapa todo. A ver si Maduro hace algo que está la cosa fea.

Una mano inclina el cogote de Rodrigo Rato, detenido, mientras registran su casa. Alzamiento de bienes, fraude fiscal y blanqueo. Con el apoyo del Ministro Montoro. Que hace amnistías fiscales para sus colegas. Montoro el deslenguado. El que usa el aparato del Estado contra los adversarios políticos. El del despacho donde atienden los problemas fiscales de las grandes fortunas. Un fiscal, que viene de esa época, hace un escrito urgente al juez de guardia para que Rato sea puesto en libertad en cuanto acabe la práctica de los registros. Qué fiscal tan diligente. Personas pobres que han robado un par de cientos de euros no tienen tan buenos abogados. Los ricos siempre han sido impunes porque ellos han escrito las reglas de juego. Hoy algo se ha roto. Una mano, detenida como un paso de baile, baja la arrogante cabeza de Rato para que entre en el coche. El fiscal tiene miedo a ese coche y se acaricia su propio cogote. No pocos fiscales, en estos tiempos del PP, pertenecen al pasado aunque no lo sepan. Una época se acaba y nunca faltan mercenarios que antes de abrazar el nuevo régimen, siempre  con maneras de converso, deciden ser los más execrables defensores del necrosado nepotismo. Ni siquiera la historia se acuerda de esos seres tan infames. Pero tienen su cuota parte en el daño.

La noche del jueves 16 de abril, a las 22:40, desaparece el hashtag #FueraLaMafia 17A. Un llamamiento para que el viernes 17 la ciudadanía le recuerde al PP que está harta de sus acciones criminales. En las redes sociales surge una gran consternación: ¿por qué ha desaparecido algo que están construyendo decenas de miles de tuiteros en toda España? ¿Cómo es posible que ese llamado, convertido en apenas unos minutos tendencia nacional, haya sido retirado? ¿Es que los poderosos mandan sobre las redes? Alguien ha llamado a Twiter para frenar ese llamamiento. Otra vez una concentración delante de la sede del PP. Y la cúpula del PP tiene pánico. Lo que más les asusta es que la gente se dé cuenta de que se comportan como una asociación para delinquir.

Aquella vez fue a las cinco. Este viernes es a las siete. Pero tiene la misma lógica: decirle a los ladrones de nuestra democracia que ya sabemos qué tienen entre manos, que no vamos a permitirlo. Un petrolero que amenaza la costa canaria regresa vientos del pasado. La cabeza de Rato, responsable de agachar la cabeza de continentes enteros cuando era Director del FMI, se inclina para entrar en un coche policial. Rato, que le quitó medicinas y educación a los países del Sur, que ha compartido vinos caros y suites lujosas con la enemiga de los ancianos Lagarde, con el enemigo de las mujeres Strauss-Kahn, que le quitó a los madrileños la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid, entra en un coche policial para que sepamos que todos este esfuerzo de protesta no ha sido en vano. Tantos desahuciados de Bankia tendrán, al menos, una pequeña compensación por todo lo que han sufrido. He visto a una preferentista dejar caer una lágrima. Ayer, mientras los trabajadores esperaban la sentencia del Supremo que les daría la razón, lloraba porque una anciana acababa de morir sin recuperar sus ahorros. La gente como Rato no llora por nadie.

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